La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) consideró hoy una «barbaridad histórica e hídrica» el hecho de «separar l’Albufera de Valencia de la futura cuenca del Júcar» ya que «se pondrían en peligro los abastecimientos de los regantes valencianos e incluso cuestionarían el futuro del propio humedal, que no se puede entender sin las aportaciones del Júcar», advirtió en un comunicado el presidente de la organización, Cristóbal Aguado.
De esta forma, Aguado rechazó «frontalmente» los postulados expresados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, que pretenden desligar de la futura Demarcación Hidrológica del Júcar a pequeñas cuencas que hoy están vinculadas a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), así como a la propia Albufera de Valencia.
A su juicio, estos planteamientos «no se sostienen académicamente porque son una barbaridad histórica e hídrica y esconden oscuros intereses vinculados al control del agua y de lo que quedará de la actual confederación».
El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, tras conocer en abril el borrador del Consejo Nacional del Agua, debe pronunciarse sobre cómo quedará la futura Demarcación Hidrográfica del Júcar para así cumplir con la sentencia del Tribunal Supremo de octubre de 2004.
En este proceso, explicó Aguado, «los regantes citados, con el amparo del gobierno de Castilla-La Mancha, plantean la segregación de una serie de espacios interfluviales de la futura demarcación, entre los que se situaría el de l’Albufera, que deberían ser entonces gestionados por la Generalitat».
La organización rechaza cualquier planteamiento que, como en el caso de l’Albufera, «pueda suponer una sobreexplotación del Júcar o de sus afluentes». «De forma solapada, pretenden aumentar el porcentaje de superficie y población vinculada a la comunidad manchega para así tener más representación y disponer de más recursos hídricos a costa de los de los valencianos», criticó Aguado, quien advirtió de que aspiran a «trasladar la sede administrativa de lo que hoy es la CHJ a Albacete».
Según explicó, l’Albufera se sostiene gracias a las aportaciones hídricas, tanto del Turia como del Júcar, desde, al menos, el siglo XVIII, cuando el área de la Acequia Real del Júcar se amplió para regar otros diez municipios, engarzando el suministro de la Ribera Alta con el de la Ribera Baja (Silla, Sollana, Albalat).
«Los sobrantes de los regadíos de la comarca de La Ribera del Júcar son fundamentales para que las aguas de l’Albufera no sean salobres», adujo el presidente de AVA-Asaja, quien añadió que, además, son «claves para oxigenar y regenerar las aguas del lago, para dar vida a la flora y fauna allí consolidada y para mantener, en definitiva, un entorno como el que hoy conocemos, que merece su protección como parque natural».