La derivación de 39 hectómetros cúbicos de agua recomendado por la Comisión del trasvase Tajo-Segura para su aprobación por el Consejo de Ministros no ha dejado satisfecho a casi nadie. Desde Murcia, se lamenta que se siga sin trasvasar una gota para los cultivos y se deje a suerte a la agricultura de la zona, mientras que en Castilla-La Mancha se duda de que el agua derivada se dedique únicamente al consumo humano.
En este sentido, el presidente regional, Jose María Barreda, fue contundente ayer. «Yo no seré el español que le niegue a otros españoles el agua para beber cuando la necesiten de manera apremiante. Ahora bien, ese trasvase funciona con tal opacidad que nunca sabemos a dónde va finalmente ese agua y nadie nos garantiza que va sólo para beber. No nos los garantiza el Ministerio de Medio Ambiente, ni la Confederación del Segura, ni los regantes de Murcia. Nadie».
Barreda también manifestó que le parece poco «coherente» que se defienda este trasvase y no el del Ebro. «No acpetoel discurso antitrasvasista en unos casos y que, en otros, se mire para otro lado. No lo acepto intelectualmente y, políticamente, lo rechazo frontalmente,», sentenció. También exige Barreda que, en cumplimiento de la ley del Tajo-Segura, se permita a la cuenca cedente tener prioridad sobre la cuencareceptora. «Quiero hacer uso de esa prioridad no por capricho sino por necesidad. Necesitamos el agua, no hay agua para ellos y nosotros; tenemos preferencia y tenemos que usar esa preferencia», subrayó.
Sacrificios y suicidos
«Mientras nosotros nos esforzamos, mientras nos niegan concesiones para algunos pueblos de Castilla-La Mancha y para regadío, que otros no hagan ningún sacrificio, no me parece razonable. Incluso están boicoteando las desaladoras, una alternativa de la que ellos disponen y nosotros no», añadió Barreda, postura que tildó de «un poco suicida».
Desde Murcia, la perspectiva es completamente distinta. De hecho, el secretario de Organización y diputado regional del PSOE, Francisco Javier Oñate, replicó ayer directamente a su compañero de partido Barreda al asegurar ayer que el trasvase Tajo-Segura «ha dado a España durante 25 años unos magníficos resultados»; motivo por el que consideró que «no cabe cuestionarse su continuidad».
Desde el PP, Alberto Garre, diputado nacional por Murcia, aseguró que la decisión de no trasvasar para la agricultura supone «el abandono» del Ejecutivo central a los regadíos murcianos. A su juicio, el Gobierno central «no ha aportado ni una sola solución ni en Aragón ni en Murcia, mientras asistimos a nuevas riadas del Ebro y a la pertinaz sequía de la cuenca del Segura».
El presidente murciano, el popular Ramón Luis Valcárcel, también expresó ayer su preocupación por la falta de agua para los regantes, y dijo que espera que el Gobierno de Zapatero ofrezca alternativas serias al trasvase del Ebro.
«Cuándo y de dónde»
Valcárcel ironizó al asegurar que hace votos para tener pronto un Gobierno central formado que le ilustre sobre «cuándo, de donde y con qué precio» van a llegar los recursos que la Comunidad necesita para su agricultura y su industria. Valcárcel señaló que él «de ninguna manera arroja la toalla» respecto al trasvase del Ebro, lo cual no quiere decir que no pueda ser «pragmático», en sus negociaciones con un Ejecutivo Central que no lo tiene entre sus planes.
Valcárcel también mandó un recado a Barreda: «La única opacidad es la del dinero que pagan los regantes que reciben esa agua y que no se ha aclarado a que se destina, cuando deberían emplearse en infraestructuras en los pueblos cercanos a Entrepeñas y Buendía», apuntó.