Las autoridades municipales de la capital albaceteña se han marcado el año 2012, como clave para que la ciudad se suministre de energías limpias. Para ello, ha creado el proyecto de la Ciudad de Energías Renovables, junto a la empresa Albacete Termoeléctrica, por la que se construirán dos nuevas plantas solares. De esta forma, la capital camina con paso firme hacia el objetivo marcado, con varias empresas dedicadas a explotar los rayos solares en el término municipal.
Sin embargo, ayer se conocieron también los datos de contaminación del año pasado, recogidos en la estación de medición ubicada en la zona de la Universidad e incluidos en el informe de la Red de Calidad del Aire. Estos datos revelan que en 57 ocasiones se superó el valor límite de microorganismos en suspensión, es decir, hubo un exceso de partículas de polvo en el aire. Puede parecer que este dato sea negativo, pero es al contrario, ya que se mejoraron los datos del año 2006 y, además, los expertos aseguran que es un fenómeno natural, teniendo en cuenta que Albacete debe aguantar un clima seco y ventoso durante la mayor parte del año.
Este clima es corroborado hoy con las cifras de almacenaje de agua que arrojan los embalses de las cuencas del Júcar y del Segura. El pantano de Alarcón, del que depende el suministro de agua de la capital albaceteña vuelve a estar en el 6,1 por ciento de su capacidad, por lo que las lluvias de la última semana sólo han conseguido detener el descenso paulatino de las reservas. Hace unas semanas, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, manifestó en Albacete que era inusual que los embalses de la cuenca baja estuvieran más llenos que los de la cabecera. La razón, aparte de la sequía que vivimos, está en que la CHJ prefiere garantizar el suministro de las grandes urbes, como Valencia y todo su alfoz, para lo que deja en niveles mínimos los embalses de cabecera.
El Ayuntamiento de Albacete está en la línea buena al intentar que la ciudad sea energéticamente limpia, pero la CHJ también debe hacer los deberes y garantizar el suministro de agua para la capital albaceteña. La solución, aunque compleja, se encuentra en cambiar la forma de gestión de la cuenca. Debido al desplome de las precipitaciones en las últimas décadas, la situación ha variado enormemente. También hay que buscar la eficiencia en la gestión del agua, ya que en la actualidad se desperdician muchos litros que de otra forma serían útiles.