La Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural está trabajando en una propuesta al Plan Nacional de Regadíos, que se denomina Plan de Sostenibilidad de los Regadíos castellano-manchegos cuyo objetivo fundamental, de cara a futuro, será reducir el consumo de agua en el regadío, mediante la modernización y la introducción de nuevas tecnologías.
De esta forma lo manifestó el director general de Mejora de Explotaciones Agrarias, Miguel Chillaron, en la inauguración de las Jornadas sobre uso eficiente del agua y la energía en el regadío, organizadas por el Centro Regional de Estudios del Agua (CREA), en colaboración con la Agencia de la Energía de Castilla-La Mancha y la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural, que se han celebrado hoy en Cuenca.
El objetivo de la Consejería, como indicó, es “mantener el peso del regadío en la agricultura de la región que prácticamente llega al 50% de la producción final agraria”. Para ello, “queremos aumentar la eficiencia del riego y del uso del agua y trabajar de forma conjunta con las comunidades de regantes para que apuesten por unos cultivos menos consumidores o con una mayor tasa de productividad por metro cúbico de agua utilizada”.
Chillarón resaltó la importancia de realizar en el sector agrario un uso eficiente del agua y de la energía en los regadíos de la región “por la situación en la que nos encontramos” teniendo en cuenta que en el año 2008 ha finalizado el periodo de programación 2000-2006, a efectos de ejecución de obras, y también ha terminado el primer horizonte del Plan Nacional de Regadíos.
En este sentido, indicó que en Castilla-La Mancha en este periodo se han modernizado 130.000 hectáreas, lo que ha supuesto un ahorro estimado de 1.200 metros cúbicos por hectárea y año, lo que representaría unos 150 hectómetros cúbicos al año, “que en la región tenemos disponibles tanto para uso agrario, como para consolidar otras superficies agotadas y otros usos emergentes como pueden ser el abastecimiento a poblaciones o atender necesidades del desarrollo industrial”.
También se refirió a la importancia que se dará en este Plan al uso de las energías renovables en esta materia, en línea de lo que promueve la reforma de la PAC, “ya que pueden contribuir a mejorar la situación medioambiental” pues, como manifestó, “los regantes son grandes consumidores de energía, ya que los regadíos castellano-manchegos están basados sobre todo en aguas subterráneas necesitan bombas para las extracciones de agua”.
En palabras del director general, “ahora es fundamental la concienciación de todo el sector agrario para el uso eficiente del agua y de la energía, pues no solo es un derecho para todos, sino también un deber de hacerlo con responsabilidad”.