Las aguas del Júcar bajan revueltas. La redacción del nuevo plan de la cuenca, que entra en su fase decisiva, reaviva las tensiones entre regantes, poblaciones y comunidades autónomas en la defensa de sus intereses sobre unos recursos que se antojan escasos para tanta demanda. El ciclo de sequía, que dura ya desde 2004, ha puesto de manifiesto una vez más la fuerte irregularidad de las aportaciones naturales a los ríos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Además, ha subrayado la tendencia a la baja de los recursos desde principios de los ochenta. Llueve menos, las escorrentías que alimentan el sistema han bajado, el uso de los acuíferos ha aumentado y los estudios sobre el cambio climático prevén aún menos agua para el área del Mediterráneo. De hecho, el plan actual fija dotaciones para los regantes que no han estado disponibles, al margen de que con la sequía han sido necesarias fuertes restricciones al caudal superficial del Júcar y otros ríos.
«Es imprescindible una evaluación realista de los recursos porque la sobrevaloración nos ha llevado a una situación de sequía estructural», sentencia Juan Valero de Palma, secretario general de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ). «Las asignaciones a los usuarios tendrán que ser más bajas», abunda Paco Sanz, de Xúquer Viu, que recalca que «el objetivo principal» del plan debe ser «conseguir el buen estado ecológico de las masas de agua», como marca la directiva europea, que también exige caudales ecológicos. Más optimista es el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, Francisco Belmonte: «En el Júcar hay recursos para atender las demandas, pero hay que ser más eficientes».
Que la gestión es mejorable lo suscriben todos, pero en la forma de hacerlo chocan. USUJ y Xúquer Viu denuncian que el acuífero de la Mancha Oriental «está sobreexplotado», lo que perjudica gravemente al Júcar. «Se extrae por encima de la recarga natural», asegura Valero de Palma. «El acuífero está mejor que cuando empezó la sequía», rebate Belmonte, que defiende que los regantes de La Mancha también se han apretado el cinturón y son más eficientes. El acuífero necesita recuperarse para drenar más agua al Júcar, pero Belmonte ve la clave para ganar recursos en que la Comunidad Valenciana modernice sus regadíos, «en lo que falla», y en general se depure y reutilice más agua, lo que también beneficia a L’Albufera. «En el río tenemos que caber todos», concede Valero de Palma, «pero nos tienen que devolver la confianza, la garantía de la prioridad de los regadíos históricos», que están al final del río. El secretario general de USUJ rechaza que Castilla-La Mancha pueda ampliar tomas de agua del Júcar, además de explotar el acuífero. «Los bombeos hay que reducirlos de manera importantísima», coincide Sanz.
El presidente de la CHJ, Juan José Moragues, incide en la importancia de una «planificación plurianual de los recursos» para garantizar su sostenibilidad. El plan «repartirá el agua de manera diferente»; habrá menos superficial, pero el «volumen total» no necesariamente disminuye porque se generan recursos en la modernización, reutilización y desalación. La clave está en la gestión.