Desde que se dio a conocer el borrador del Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar, se ha destacado, desde la Junta y el Ministerio, el alto grado de consenso logrado. Sin embargo, importantes comunidades de usuarios, como la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar, ya han anunciado públicamente su rechazo al mismo, tanto a las obras aprobadas, como la sustitución de bombeos, como a las asignaciones de agua a Albacete. Así pues, ¿no hay riesgo de que este consenso se resquebraje cuando estas comunidades presenten sus alegaciones?
La obligación del Gobierno de Castilla-La Mancha es defender con rigor y firmeza los intereses de nuestros ciudadanos, pero hacerlo desde la lealtad, porque de nada sirve hacer del agua una guerra, como se ha hecho durante tantos años en esta tierra. Era una cortina de humo, una forma de ocultar la incapacidad del Gobierno socialista para resolver los problemas en materia de agua. Nosotros creemos que hay que garantizar las necesidades de Castilla-La Mancha en materia de agua, pero desde la lealtad. Creo que eso es la garantía del consenso básico. El plan del 98 se cerró con un altísimo grado de consenso y confío que el que está en marcha obtenga el mismo grado de consenso.
Otro aspecto que se ha destacado sobre el borrador, por parte de la Junta de Comunidades, es que Castilla-La Mancha dispondrá de más agua en comparación al Plan de 1998. ¿Podría detallar cuáles son las asignaciones de agua que aumentan?
Aumentan en dos aspectos, en que hay más agua y además podemos utilizar más agua. Para la provincia de Cuenca, por ejemplo, hay dos dotaciones nuevas de agua que no estaban recogidas en el plan actual, de once hectómetros cúbicos, seis de ellos para la capital de Cuenca. Se establecen también seis hectómetros cúbicos para futuros desarrollo industriales, que va a beneficiar a pequeños pueblos de Cuenca y Albacete que tenían estancado su desarrollo por no tener agua. Además, podemos usar más agua. Una petición justa es la de los regantes de la Mancha Oriental, porque de nada sirve el reconocimiento de poder disponer de 145 hectómetros cúbicos para riego si al final solo puedes disponer de 30, por las obras que hay, que es lo que está pasando. El borrador recoge las obras de la segunda fase de sustitución de bombeos, que han de iniciarse en 2014 y que van a permitir a nuestros regantes usar el agua que tienen reconocida. En cifras globales, en la planificación de 1998 las dotaciones reconocidas a la región eran de unos 3.800 metros cúbicos; en la actualidad las dotaciones se incrementan en 425.
Cospedal ha repetido que un principio básico en la gestión del agua es el de la prioridad de la cuenca cedente. En el caso del borrador del Plan del Júcar, ¿qué medidas concretas se han establecido para garantizarlo?
Haría una reflexión previa y es que trabajamos sobre el respeto a las sentencias de los tribunales. En 2004 hubo una sentencia que daba la razón a Castilla-La Mancha pero los gobiernos socialistas no hicieron nada. Dicho esto, el plan recoge el principio de prioridad como principio básico.
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