Minutos antes de las doce del mediodía arrancó ayer en la plaza de Cibeles la manifestación de agricultores que, convocada por Asaja, Upa y Coag, congregó a decenas de miles de personas para denunciar la gravísima situación que está atravesando el sector desde hace unos años y que se ha agravado en los últimos meses con la crisis económica.
Este ha sido el primer gran acto multitudinario de protesta contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero y, casualmente, discurrió por las mismas calles -aunque en sentido contrario- por las que, el día 12, se manifestarán cientos de trabajadores convocados por UGT y CC.OO. contra los empresarios.
Unas 500.000 personas
Los agricultores denuncian, entre otras cuestiones, que la renta real del sector ha caído un 26% en los últimos cinco años, con la pérdida de 124.000 empleos, frente a un incremento de los costes de la producción agraria del 34,3%. Las organizaciones convocantes, a las que se habían adherido las cooperativas agro-alimentarias y la Federación de Regantes, calculan que participaron en la manifestación unos 500.000 agricultores y ganaderos, 80.000 de ellos procedentes de Andalucía. Así, Asaja señaló que por su parte, con la colaboración de las cooperativas, habían llegado a Madrid a primera hora desde Andalucía un total de 230 autobuses y nueves trenes AVE. La Delegación del Gobierno de Madrid no quiso dar una cifra.
Sin incidentes
Fue un acto festivo, sin incidentes, apenas alterado por el estruendo de varios petardos y el sonido de silbatos, bocinas y cencerros. Se pudo ver algún tractor y otros de juguete conducidos por niños con pancartas que decían «Queremos ser agricultor como papá». Otro pequeño llevaba en su carrito un cartel con la frase «Mis papás se arruinan».
En contadas ocasiones, los manifestantes, muchos de los cuales portaban banderas de España y de algunas comunidades autónomas, corearon consignas contra Zapatero y Espinosa. La manifestación iba encabezada por una pancarta en la que se podía leer «El campo se arruina, exigimos soluciones». Tras ella, se encontraban, entre otros, el secretario general de Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), Miguel López; el presidente de Asaja (Asociación de Jóvenes Agricultores), Pedro Barato; el secretario general de Upa (Unión de Pequeños Agricultores), Lorenzo Ramos; el presidente de las Cooperativas Agroalimentarias, Fernando Marcén; y el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España, Andrés del Campo.
Miguel López declaró que las reivindicaciones del sector agrario son una «cuestión de Estado» porque «no se puede permitir que el dinero público sirva para desmantelar el tejido productivo» y reclamó la implicación de todas las administraciones públicas para lograr unos «precios justos» que ayuden a obtener unas rentas agrarias «dignas». También reclamó a Rodríguez Zapatero que restablezca el Ministerio de Agricultura y que desaparezca «el de los mares y el espacio».
Lorenzo Ramos denunció que las empresas de distribución «se están forrando» a costa del sector agrario y ganadero y reclamó «una política de mucha más sensibilidad por parte del Gobierno y que las políticas comunitarias cambien de rumbo».
Por su parte, Pedro Barato pidió al Gobierno ayudas para un sector que lo está pasando «tan mal o peor» que la banca, la construcción y el automóvil y recordó que, a diferencia de Rodríguez Zapatero, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha reconocido la situación de los agricultores con un plan de ayudas de 1.650 millones de euros. «Si este presidente no hace caso al campo español, mejor que se vaya».