Reclaman la declaración de sobreexplotación para el acuífero de la Mancha Oriental

Ecologistas en Acción y Acem han presentado medio centenar de alegaciones al borrador del Plan Hidrológico de cuenca

LAS CLAVES DE SUS ALEGACIONES

Solicitan que se declare sobreexplotado el acuífero de la Mancha Oriental, y que se inicie un plan para su recuperación.

Aconsejan que si hay que regar se haga con aguas superficiales.

Se quejan de que en el Esquema de Temas Importantes en algunos casos se produce una prórroga para los buenos objetivos.

Racionalizar usos y demandas, reducirlos y adaptarse a las condiciones locales. Son los tres aspectos básicos que, a juicio de Ecologistas en Acción de Albacete y de la Asociación para la Conservación de los Ecosistemas de la Manchuela (Acem), debería tener en cuenta y garantizar el Plan Hidrológico del Júcar (PHJ) que salga del proceso de revisión que actualmente se encuentra en curso.

Las dos organizaciones han presentado más de medio centenar de alegaciones al Esquema Provisional de Temas Importantes del Plan, elaborado por la Confederación Hidrográfica del Júcar. Medio centenar de alegaciones cuyo denominador común, tal y como explica el representante de Acem, Gregorio López, pasa por «poner en cuarentena todos los crecimientos de los usos del agua y buscar soluciones sencillas y adaptadas al medio».

El gran problema de fondo, denuncian, es que la cuenca está hoy por hoy absolutamente desbordada en lo que se refiere a las demandas de agua. Algo que ha generado «gravísimos problemas ambientales que están ahí». Y es que aunque reconocen que la cuenca dispone de recursos, advierten que «si las demandas siguen creciendo, todos los existentes son pocos».

Y es que la cuenca se sostiene desde hace mucho tiempo en un «equilibrio muy precario» por lo que es necesario poner «freno» al problema de fondo. Además apunta que no hay que olvidar que la tendencia, ejercicio tras ejercicio, es que las precipitaciones, pese al excepcional año hidrológico que se está viviendo, cada vez sean menores.

Consecuencias

«En un escenario como el que tenemos no se puede plantear que las demandas sigan creciendo porque eso siempre va a ser a costa del medio ambiente», afirma López quien no oculta su preocupación por la traducción que esto tiene no sólo en el cauce principal del Júcar sino también en pequeñas fuentes y manantiales que ya hace tiempo que están secos.

Es una de las consecuencias, a su juicio, de la situación del acuífero de la Mancha Oriental que asegura que se encuentra sobreexplotado desde hace años. Por ello reclama que se declare la sobreexplotación del acuífero 18, ante la caída continuada de sus niveles piezométricos. Además de la declaración, lógicamente, solicitan un plan de recuperación.

De hecho en las 53 alegaciones presentadas por estas dos organizaciones medioambientalistas hacen hincapié en que hay que reducir las extracciones de agua. No se oponen a que haya regadío. Eso sí, debería tratarse de un regadío de interés social, no de uno «intensivo como el que hay actualmente que genera tantos problemas medioambientales».

Superficiales

Aconsejan que si hay que regar se haga con aguas superficiales «porque todo lo que sea sobreexplotación de acuíferos al final siempre lo paga el medio ambiente». Asimismo estiman que hoy por hoy hay más de 100.000 hectáreas de regadío en la provincia y que prácticamente en la mayoría de los casos se usan recursos subterráneos.

Sólo recuperando los acuíferos, dicen, se podrá tener esperanza en que muchos municipios recuperen sus manantiales y fuentes naturales. En este caso denuncian que desde La Roda hasta Villa de Ves, en el caso del río Júcar, y desde Villamalea a Villatoya, en el caso del Cabriel, estas localidades han visto como se secaban sus fuentes y manantiales porque «los niveles del acuífero han caído». Por ello López insiste que para solucionar este problema no basta con estabilizar los niveles de los acuíferos ya que así no se recuperarían estos recursos.

Otra de las cuestiones en las que se incide en las alegaciones presentadas es en lo relativo al buen estado de las masas de agua de la cuenca del Júcar, incluyendo tanto las subterráneas como las superficiales. Se quejan, en este sentido, de que en el Esquema de Temas Importantes en algunos casos se produce una prórroga en la consecución de los buenos objetivos. La Directiva Marco del Agua establece que en el año 2015 todas las masas de agua deberán alcanzar un buen estado ecológico. Pero desde Ecologistas y Acem denuncian que «en algunas masas de agua donde la situación es complicada la Administración no se digna a hacer el esfuerzo para alcanzar ese buen estado y lo que hace es una prórroga diciendo que será imposible en 2015». De hecho en el Esquema Provisional de Temas Importantes en distintos casos se propone retrasar el cumplimiento de esos objetivos hasta el año 2027.

Retrasos

Además tanto Ecologistas como Acem consideran, y así lo han hecho constar en diversas ocasiones, que el Esquema Provisional de Temas Importantes «olvida» algunas cuestiones fundamentales. Tampoco comparten las soluciones que desde la Confederación y desde el Ministerio de Medio Ambiente plantean en el documento a algunos problemas que recoge. «Discrepamos porque entendemos que se dilatan en el tiempo soluciones urgentes», subraya.

Una vez concluya el periodo de alegaciones corresponderá al organismo de cuenca estudiarlas y estimarlas o desestimarlas. Eso sí, el representante de Acem espera que las alegaciones al menos sean respondidas y que en caso de ser desestimadas se justifiquen las razones del rechazo. Una vez se hayan estudiado y respondido las alegaciones, se confeccionará el Esquema de Temas Importantes definitivo que debe aprobar el Consejo del Agua de la cuenca del Júcar, aunque ese organismo aún no se ha constituido.

No obstante, tanto desde Ecologistas en Acción como desde la Asociación de Conservación de los Ecosistemas de la Manchuela no confían en que sea posible sacar adelante el nuevo Plan en la presente legislatura. Eso pese a las exigencias planteadas por Europa. De hecho recientemente la UE dio un tirón de orejas a España denunciando el incumplimiento en los plazos de revisión de los distintos planes hidrológicos.