Desde 2004 el Estado cobra un 300% más cara el agua a la ciudad de Valencia y su área metropolitana». Así lo criticó ayer el concejal delegado del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de Valencia, Ramón Isidro Sanchís, ante el anuncio de que el Ministerio de Medio Ambiente ha decidido aumentar de nuevo el canon estatal que cobra a la ciudad y que va incluido en el recibo del agua.
Isidro Sanchís cifró el aumentó total de lo que deberán pagar los valencianos por el agua en un millón de euros «por la nefasta gestión en los recursos hídricos» y subrayó que «desde la llegada de la señora Narbona se ha pasado de pagar 2,1 céntimos por metro cúbico consumido a 6,4 céntimos, lo que supone un 300% de subida repercutida al ciudadano».
«La ministra Narbona cuando derogó el trasvase del Ebro aseguró que a Valencia llegaría más agua, de mejor calidad y más barata, pero hoy tenemos justo lo contrario y todos los valencianos estamos pagando su ruinosa gestión», denunció el delegado del ciclo integral.
El anuncio del Ministerio de Medio Ambiente se ha conocido esta semana cuando informó de la subida de los cánones de regulación que se cargan a los usuarios de agua potable de Valencia y de su área metropolitana, así como a los usuarios agrícolas. El objeto de estos cánones es cubrir los gastos de explotación y conservación de las obras de regulación de las aguas (pantanos y otras obras hidráulicas) y se repercuten a los beneficiados por dichas obras. Las subidas son de un 121,6% para el subsistema de los pantanos Benagéber-Loriguilla, un 83,12% para Contreras y un 58,12% para el pantano de Tous durante el presente ejercicio.
«La mala gestión de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha conllevado a que el agua del Júcar (embalse de Alarcón) escasee y se incrementen los costes de la misma en cuanto a las indemnizaciones que han de pagarse», aseguró el concejal quien respecto a la calidad del agua constató que «desde el Ayuntamiento de Valencia llevamos un año denunciando la falta de calidad del agua servida por la CHJ, que ha provocado nada menos que 21 paradas de la planta potabilizadora de la ciudad debido a la turbidez y contaminación del agua procedentes del Júcar y del Turia donde la CHJ está obligada a realizar el mantenimiento y la vigilancia de posibles vertidos».