Las explotaciones agrícolas de las comarcas alicantinas del Vinalopó y l’Alacantí podrán regar este verano sus cosechas con agua del trasvase Júcar-Vinalopó. Tal como sucedió el pasado septiembre –cuando se distribuyeron cinco hectómetros sobrantes del llenado en pruebas del embalse de Villena–, volverá a ser agua de la toma en el azud de la Marquesa, en Cullera, sobre cuya calidad existen notorios recelos entre los agricultores, pero hay un compromiso del Gobierno de garantizar la idoneidad (mediante análisis) antes de proceder al envío del caudal.
Para que este riego sea posible, deben cumplirse antes dos condiciones, que según las fuentes consultadas están ya en vías de solución. En primer lugar, debe repararse el embalse de San Diego, en Villena (que almacena el agua trasvasada antes de su reparto). Según dichas fuentes, la licitación del proyecto de ejecución es inminente, una vez terminado el estudio sobre el fallo estructural que provocó las pérdidas. La solución que se ha adoptado finalmente es la de impermeabilizar la balsa.
El fallo se detectó al hacer la prueba de llenado, hace ya dos años. Al parecer, el terreno arcilloso sobre el que se construyó el embalse presentó un comportamiento inesperado, lo que motivó la aparición de fisuras en la estructura, por las que comenzó a perderse el agua. Cuando el embalse estaba ya a la mitad de su capacidad, se decidió repartir el caudal entre las comunidades de regantes.
Para abastecimiento
Aún en el caso de que el embalse no estuviera terminado, los regantes alicantinos podrían recibir agua del Júcar gracias al baipás que ejecutó la sociedad estatal Acuamed, que promovió la obra. No obstante, se precisa una segunda condición: que la Generalitat termine las obras del postrasvase que permitirán regular el reparto del agua. Fuentes de la Conselleria de Agricultura señalaron que dichas obras, muy avanzadas, se terminarán en julio, por lo que en ese momento ya podría regarse con agua del trasvase.
Mientras, un comité técnico nombrado por el Ministerio de Medio Ambiente tiene un plazo de seis meses para analizar qué solución se da a la segunda toma, para permitir que el interior de Alicante reciba también agua con calidad suficiente para el abastecimiento. Los regantes alicantinos proponen volver a la toma original del trasvase –prevista en el embalse de Cortes de Pallás y anulada por la exministra socialista Cristina Narbona– y compaginarla con la actual, algo a lo que los valencianos se niegan.
El informe de dicho comité debería estar listo antes de que termine el verano, a lo largo del mes de agosto –aunque no se descarta que sea antes–, momento en el que se desbloquearía la recuperación de la segunda toma o la habilitación de una solución alternativa, tal como adelantó ABC el pasado 27 de marzo. Por el momento, este verano podría llegar agua para abastecimiento procedente del pantano de Bellús y a través de la infraestructura del Tajo-Segura y la Mancomunidad de Canales del Taibilla.
100.000 empleos
Las zonas que se beneficiarán de la puesta en marcha del Júcar-Vinalopó este verano generan exportaciones hortofrutícolas por valor de 1.000 millones de euros anuales. La transferencia permitirá así salvar de la sequía uno de los dos sectores, junto al turismo, que está tirando con fuerza de la recuperación en la Comunidad, y que en el caso de Alicante da empleo directo a más de 100.000 personas.
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