El conseller de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, José Ramón García Antón, propuso en el pleno de Les Corts Valencianes a los grupos parlamentarios un pacto político sobre el agua que, «sin renunciar a ninguna de las exigencias fundamentales» de la Comunitat, permita «trazar una hoja de ruta común» sobre las cuestiones en las que pueda haber acuerdo y que puedan ayudar a «recuperar el tiempo perdido». El PSPV respondió que el Gobierno valenciano no es creíble en política hídrica y Compromís, que sólo apoyará políticas «en las antípodas» del PP.
García Antón, que se pronunció así durante su comparecencia en la Cámara para informar de las principales líneas de actuación de su departamento en esta legislatura, admitió que considera «muy difícil» que se pueda llegar en estos momentos a un acuerdo sobre el agua en la Cámara, pero subrayó que el Consell «está dispuesto a intentarlo», de manera que, «si no es posible un pacto global», se consiga al menos de llegar a acuerdos concretos «que permitan agilizar y acelerar actuaciones importantes» para la Comunitat.
También subrayó que el «fracaso del programa Agua es un gran perjuicio para los valencianos», pero el Consell «quiere superar esta situación» y está dispuesto a negociar con el Ministerio de Medio Ambiente para ayudar a impulsar las actuaciones que necesita la Comunitat en materias como la modernización de regadíos, reutilización y ahorro hídrico y mejoras ambientales, y recordó que también está dispuesto a participar en una alternativa de consenso para el trasvase Júcar-Vinalopó y a «aportar proyectos y obras de la Generalitat para evitar que se pierdan las subvenciones europeas».
García Antón incidió, no obstante, en que el Consell no cesará en su defensa del trasvase del Ebro, del trasvase Tajo-Segura y de una solución para el Júcar-Vinalopó, e invitó a la oposición a «sumar esfuerzos» para asegurar que el proceso de transferencia de las cuencas internas a la Comunitat Valenciana «no suponga en ningún caso perder fuerza y capacidad de influencia en la planificación y gestión» de las mismas.
Destacó así que el Consell impulsará y propondrá a Les Corts «el marco normativo necesario para configurar la nueva Administración hidráulica valenciana y para hacer de las cuencas internas de la Comunitat un modelo de gestión para el resto de España y Europa», y defendió que el traspaso de las cuencas internas a la Comunitat Valenciana «no debe suponer ninguna disminución del peso que hasta ahora ha tenido dentro de los órganos de gobierno de las cuencas hidrográficas del Júcar y del Segura». También se comprometió a impulsar un debate monográfico en la Cámara sobre este asunto.
El conseller volvió a reiterar el ofrecimiento realizado por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en el debate de investidura de un gran pacto sobre el futuro del territorio «para apartar definitivamente» este asunto «de la confrontación política», y, a este respecto, señaló que la formulación de la Estrategia Territorial valenciana «va a ser la ocasión adecuada para debatir y alcanzar compromisos concretos» que permitan hacer realidad ese acuerdo. En este sentido, se comprometió a que a principios de 2008 pueda haber un documento ya preparado para iniciar ese debate político.
Además, anunció el desarrollo de «una red de infraestructura verde en la Comunitat Valenciana que permita conservar y mejorar los valores medioambientales y hacerlos compatibles con el desarrollo urbano y las infraestructuras».
Puñado de votos
Por su parte, el diputado socialista Francesc Signes afirmó, sobre la oferta de consenso en materia hídrica realizada por García Antón, que «ni Europa, ni los valencianos, ni los regantes ni los alcaldes de su partido ni sus militantes históricos creen ya» en la política del Consell en materia hídrica, «dictada y dirigida» por el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, que «pretende que no llegue agua a la Comunitat antes de las elecciones de marzo para ganar un puñado de votos».
Signes aseguró que así se interpreta el «boicot» del Consell a la desaladora de Torrevieja (Alicante) y pidió en este sentido al PP que no acepte que el agua de la Comunitat sea «moneda de cambio» para un hipotético «éxito de Rajoy que, de todas formas, no se va a producir», y lamentó además que los representantes populares antepongan, a su juicio, «intereses partidistas y electorales de Rajoy a los de todos los valencianos y valencianas».
Por otro lado, se mostró dispuesto a conseguir un pacto en urbanismo, pero para modificar la ley Urbanística Valenciana (LUV), que ha propiciado, según denunció, «prácticas abusivas y poco transparentes» que han llevado a la Comisión Europea a presentar una denuncia contra esta norma ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo (TUE).
El diputado de Compromís Lluís Torró avanzó que su grupo parlamentario no estará por un pacto en materia hídrica que siga con la política de trasvases que propugna el PP y también advirtió de que «no piensa colaborar ni por activa ni por pasiva» en soluciones alternativas al actual trazado del Júcar-Vinalopó que sólo servirían, dijo, para desecar el Júcar. Compromís quiere «agua para todos y para siempre», lo que, en su opinión, únicamente se puede conseguir desde políticas que están «en las antípodas» de lo que defiende el PP.
El conseller consideró en la réplica «vergonzoso» que el PSPV acuse al Consell de actuar de forma partidista, cuando los representantes socialistas «en lugar de defender los intereses de los valencianos, se fueron al Delta del Ebro a brindar cuando se derogó el trasvase del Ebro» y han hecho «seguidismo total y vergonzoso de la política de José Luis Rodríguez Zapatero y de ERC en contra de los intereses de la Comunitat».
El portavoz socialista, Joan Ignasi Pla, intervino, por alusiones, para pedir al conseller que retirara la «gran mentira» de que brindó cuando se derogó el trasvase, y el conseller le respondió que no recuerda que lo hiciera él, pero sí la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y agregó que también recuerda a Pla «hablar» con el entonces presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, en el Delta del Ebro, «haciendo así seguidismo de la política que se estaba marcando desde determinados partidos catalanes».