El informe sobre el patrimonio hidráulico de la Comunitat, aprobado en la sesión ordinaria del pleno del CVC, tiene la finalidad de «conservar las infraestructuras de riego y de distribución del agua, ya que forman parte de la cultura material del paisaje valenciano desde época medieval».
En este sentido, los miembros de la entidad explicaron que esta forma de manifestación cultural se expresa a través de numerosos instrumentos utilizados a lo largo del tiempo entre los que destacaron «los molinos, las galerías subterráneas y los sifones de extracción de líquidos».
También indicaron que «hay que preservar la cultura inmaterial generada a través del uso social del agua, como es el entramado jurídico que constituyen las ordenanzas y los reglamentos que posibilitan su utilización». «El ejemplo más relevante es el tribunal de las aguas de Valencia», subrayaron.
El órgano consultivo propuso además que se implique a otras entidades públicas y privadas y, «muy especialmente», a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Aguas del Júcar y entidades parecidas para que colaboren en proyectos puntuales de conservación. Al respecto, finalmente se incluyó, tras la propuesta de Juan Antonio Montesinos, a la Confederación Hidrográfica del Segura.
Por ello, el CVC pidió una reunión entre la Generalitat, las universidades, y las confederaciones hidrográficas del Júcar y del Segura con el objetivo de «participar en la realización de proyectos encaminados al estudio y posterior conservación de dicho patrimonio».
Asimismo, la entidad advirtió del peligro de la desaparición del patrimonio hidráulico. Señalaron que hay «tres factores que explican estas y futuras desapariciones» como son «la crisis de la agricultura y la consecuente extinción de una generación de agricultores que cuando abandonen el campo no serán sustituida por otras; la modernización de los riegos tradicionales sustituidas por el goteo y, sobre todo, la especulación urbanística que difícilmente se para ante el patrimonio» con «el caso conocido de la degradación de l´Horta de Valencia».
De esta manera, explicaron que el Plan Estratégico del Patrimonio Hidráulico debería comprender «el estudio de los elementos que forman parte del patrimonio, incluida la memoria oral; también la puesta en valor de estos elementos, por medio de la difusión y promoción social; y la conservación selectiva de los elementos y de su puesta en valor por medio del uso del medio pertinente, algo que debería implicar un estudio sobre la viabilidad económica y la manera de armonizar los intereses públicos y privados».