«Hemos trabajado lastrados por los retrasos» aseguró en varias ocasiones el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, para confirmar que no será hasta el primer semestre de 2014 cuando se aprueben la totalidad de los planes de cuenca del país, entre ellos el del Tajo, «uno de los más complejos», como ya advirtiera el propio ministro de Agricultura a mediados de octubre. Ramos indicó que todos los planes excepto el del Júcar, llegarán al Consejo Nacional del Agua «antes de que finalice el año». Y aunque no lo dijo, este diario pudo confirmar que esa cita tendrá lugar el 26 de diciembre.
El excepcional retraso en el caso de la cuenca del Júcar se debe a que es «un río complicado» y «sujeto a muchas presiones», señaló el responsable estatal, que ayer compareció en la Comisión de Agricultura y Medio Ambiente para explicar el estado en que se encuentran los planes de cuenca y las actuaciones en materia hídrica que está llevando a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy, y las que se llevarán de aquí en adelante.
En general, el retraso en la aprobación de los planes de cuenca se ha debido a la «falta de voluntad» del gobierno anterior ya que deberían haber estado listos en 2009. Para Ramos, ha sido enorme el esfuerzo realizado para «ponernos al día en dos años en un trabajo que debería haberse hecho en ocho». De esta forma, el plan de la cuenca del Tajo quedará aprobado en Consejo de Ministros en los primeros meses del año que viene con un «marco equilibrado”»en el que se ha dado respuesta a casi todas las alegaciones que recibió en el periodo de exposición pública, cerca de 12.000, fruto de un «trabajo serio, exigente y complejo donde ha habido diálogo con todas las partes implicadas».
El plan del Tajo contempla los criterios ambientales y el buen estado de las masas de agua y establece medidas para garantizar el abastecimiento urbano e industrial de la cuenca «especialmente en las grandes concentraciones de población de Madrid y Toledo». Como novedad, se marca como objetivo que el 92 por ciento de las masas de agua de la cuenca alcance un buen estado ecológico en el año 2027. Aquí entra el «régimen de caudales mínimos para Aranjuez, Toledo y Talavera» que se fijó en los 10 metros cúbicos por segundo.
Del mismo modo, recoge incrementar «paulatinamente» los volúmenes mínimos de agua almacenada en los embalses de Entrepeñas y Buendía, volumen que como ya se anunció pasa de los 240 hectómetros cúbicos a los 400 «en un plazo máximo de cinco años». Este mínimo «no trasvasable» permitirá generar «caudales de avenida» para revitalizar el Tajo y favorecer el cumplimiento de los caudales mínimos. «Era un recurso del que antes no se disponía y que supone una de las grandes novedades de este plan», expresó el secretario de Estado.
Con la aprobación de los planes se pondrá fin a uno de los grandes retos que asumió Miguel Arias Cañete cuando llegó al Ministerio de Agricultura, con lo que todas las demarcaciones podrán hacer frente al segundo ciclo que impone la directiva marco Europea, correspondiente al periodo 2015-2021, con lo que «evitaremos incurrir en nuevos incumplimientos de plazo», apuntó. En ese segundo ciclo los nuevos planes de cuenca incluirán como novedad la «gestión de los riesgos de inundación».
Futuro de los trasvases.
En España existen 30 trasvases que son capaces de movilizar 1.000 hectómetros cúbicos al año, aunque «por su entidad y relevancia», el del Tajo-Segura es el más importante. Y a pesar de las críticas de los distintos grupos parlamentarios presentes en la Comisión del Congreso, que vieron en los trasvases un «expolio» de los recursos, o carta blanca a los nuevos «aguatenientes» para favorecer el «mercadeo» del agua, en el ánimo del Gobierno está «racionalizar la gestión de un recurso escaso para llegar a todo y a todos» según expresó Federico Ramos.
En España, aunque mal distribuida, «hay agua suficiente» por lo que el Ejecutivo entiende que es su responsabilidad administrar el recurso para que llegue a las cuencas deficitarias, como la del Segura. «Se trata de mucha agua y de mucha responsabilidad. Por eso buscamos huir de la ineficacia, de planteamientos demagógicos, y nuestra política busca que esto no sea un campo de disputas entre territorios porque nadie ganará absolutamente nada» sentenció Ramos en su comparecencia, donde se felicitó por el acuerdo alcanzado entre todas las comunidades implicadas en el Trasvase Tajo-Segura.
El acuerdo «ha aportado seguridad jurídica» al trasvase y ha supuesto un giro en la política que, para Ramos, indica que «si nos sentamos podemos llegar a acuerdos». Lo dijo con la mirada puesta ya en la negociación para establecer el futuro Plan Hidrológico Nacional porque «esto no es un campo de batalla», advirtió en alusión a las palabras de Alejandro Alonso, diputado socialista, que acusó al PP de que «cuando no están en el gobierno hacen guerras del agua y cuando están firman la paz con las comunidades que gobiernan». Lo que no adelantó el secretario de Estado de Medio Ambiente fue el calendario de esa negociación porque «ahora estamos con los planes de cuenca» que «hemos hecho a la carrera porque estábamos en el descuento».
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