El consejero murciano de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, propuso ayer que el Gobierno central retome el Plan Hidrológico Nacional y lo
reelabore con los gobiernos autonómicos para alcanzar la solución que no ha llegado en la pasada legislatura. «No me refiero al Plan que aprobó el PP, ni tampoco al Programa Agua, sino a otro nuevo», apostilló.
Cerdá se mostró convencido de que al final se construirá el trasvase del Segre al Llobregat que propone el Gobierno de Cataluña. «Si hace falta, se sacarán un decreto de debajo de la manga para construirlo», declaró antes de la conversación entre Narbona y el consejero catalán. Si se llega a ese extremo, Cerdá apunta que habrá que considerar de nuevo las aportaciones del Ebro para Valencia, Murcia y Almería. «No puede ser que en plena sequía el Ebro siga arrojando agua al mar. En los últimos años ha vertido 36.000 hectómetros cúbicos. El año pasado fueron 9.000. En el trasvase derogado sólo se pedían 460 para Murcia».
El consejero murciano denunció «el galimatías y el desorden» que ha provocado «la política de Rodríguez Zapatero». «Cataluña propone ahora trasvases del Ebro y Aragón dice que quiere prohibirlos. No hay quien lo entienda». A su juicio, el debate del agua «ha tomado viveza porque Cataluña necesita recursos para beber. Como esta región ha entrado en estado de emergencia, resulta que el problema del agua es ahora nacional, mientras que la agricultura de Murcia lleva años soportando trasvases cero».
Más «pozos» que un gruy_re
La situación a llegado a tal punto que en la actualidad más de 900 desalobradoras trabajan a toda máquina para combatir la sequía en Murcia.
Pozos y más pozos. El Campo de Cartagena se parece cada día más a un queso de gruy_re debido al vertiginoso aumento de las extracciones de agua para paliar la sequía. La mayoría de estos pozos aportan aguas de baja calidad y con un alto contenido de sal, lo cual obliga al continuo funcionamiento de pequeñas plantas desalobradoras instaladas dentro de las fincas. La Confederación Hidrográfica del Segura estima que hay unas 900 desalobradoras en esta zona.
No existe un censo oficial de estas instalaciones, ya que la mayoría son privadas. Haría falta un permiso para acceder a las propiedades y efectuar un registro, algo que el comisario de Aguas de la Confederación, Manuel Aldeguer, considera que no es necesario a menos que se produzca algún conflicto. Apunta, no obstante, que sí le gustaría conocer con detalle el número y su distribución. La única constancia que tiene ahora son los trámites para poner en funcionamiento otras 100 nuevas desalobradoras.
Estas pequeñas plantas captan aguas salobres de pozos para rebajar su contenido de sal. Después, estos caudales se suelen mezclar con aguas continentales de otra procedencia, entre éstas las que llegan del trasvase Tajo-Segura cuando se aprueba alguna derivación de la cabecera.
Manuel Aldeguer calcula que, en su conjunto, se están extrayendo unos 60 hectómetros cúbicos anuales en el Campo de Cartagena, lo cual no afecta al acuífero, ya que tiene una carga de reservas «muy somera». No obstante, cree que sí puede ser perjudicial para el medio ambiente si no se trata adecuadamente la salmuera. Los regantes cuentan con una desalobradora de mediana capacidad en San Pedro del Pinatar, que está proyectada para recibir el agua de rechazo del Campo de Cartagena y evitar que causen un problema medioambiental en la comarca si se deposita en las ramblas.
No hay censo oficial
La Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena señaló a La Verdad que desconoce cuántas desalobradoras pueden estar funcionando, ya que son particulares y no hay censo oficial. «Nosotros nos limitamos a distribuir el agua que llega de la cabecera del Tajo».