31 de enero de 2007. En Murcia están muy dolidos y preocupados con los últimos acontecimientos en torno al agua, en especial por la aprobación de la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha, que fija la fecha de cierre del trasvase Tajo-Segura.
Pero no es eso sólo. La reciente decisión del Fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Murcia de archivar la querella por supuesta prevaricación contra la anterior cúpula de la Confederación Hidrográfica del Segura por supuesto robo de agua, ha hecho que el Gobierno murciano salga en tromba contra los que les acusaron de dar un uso delictivo al agua.
En ese sentido, el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno murciano, Fernando de la Cierva, lamentó ayer las acusaciones que se vertían contra Murcia relativas «al mal uso que hacíamos del agua y que este recurso se dedicaba para el ladrillo» y valoró, de forma positiva, la decisión del fiscal jefe del TSJ de Murcia, que viene a certificar que «no se roba el agua», junto con la que emitió el Ministerio competente en su día de que «se hacía un buen uso de este recurso».
Y es llegado a este punto cuando aprovechó para atacar al presidente de Castilla-La Mancha y chivarse de él públicamente al indicar De la Cierva que no sabe «si el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, podría decir lo mismo», ya que, en su opinión, «probablemente, sobre determinados pozos no podría decir lo mismo».