El río Júcar está entrando en el pantano de Alarcón con un caudal medio de un metro cúbico por segundo, una cantidad ínfima que está obligando a desembalsar agua del pantano para que salga con 2 metros cúbicos.
Eso significa que hoy por hoy sale más agua de la que entra en el pantano que a día de hoy almacena sólo 69 hectómetros cúbicos. «Si no hubiésemos hecho esta gestión del agua, el río estaría seco hace ya meses y por eso es necesario actuar», explicaba ayer Juan José Moragues, que ya hace tres semanas comunicó a los regantes de la Mancha Oriental que este año no habría ni una gota de agua del río para sustitución de bombeos y que se las tendrán que arreglar como puedan con el agua del acuífero.
Según explicó Moragues a La Verdad, la situación actual del Júcar y del pantano de Alarcón, hace muy difícil atender los tres usos que se le venían dando al agua embalsada: atender los regadíos, abastecer a Albacete y mantener el caudal ecológico del río. Por eso, se decidió prohibir el regadío y se ha optado por complementar el abastecimiento de Albacete con agua de los pozos, para así poder atender el mantenimiento del río Júcar «en previsión de que no haya agua suficiente para las dos cosas».
El resto de usuarios de la cuenca también se tendrán que apretar el cinturón. El presidente de la Confederación recordó que Valencia ya desde hace años viene tomando menos agua del Júcar de la que tiene en concesión, «desde hace tres años, les estamos dando 2 metros cúbicos por segundo, cuando tienen una concesión histórica de 3, el resto lo cogen del Turia y de pozos», detalló. Igualmente, Sagunto se está abastecimiento del Turia y de otros recursos.