El Ministerio de Medio Ambiente ha remitido una nota en la que matiza que el canal Segarra-Garrigues «no responde a ningún trasvase del río Ebro», ya que el proyecto de regadío en la provincia de Lérida es «un territorio que forma parte plenamente de la cuenca del Ebro, concretamente de un afluente, el Segre». En este sentido, hay que aclarar que, técnicamente, un «trasvase» es cuando se desplaza agua de una cuenca hidrográfica a otra, siendo una «transferencia» cuando el líquido elemento se moviliza pero dentro de una misma cuenca hidrográfica. No obstante, el ciudadano de a pie tiende a utilizar los dos términos como sinónimos.
El departamento de Narbona, que insiste en que el proyecto «regará hasta 70.000 hectáreas» dentro de la propia subcuenca del Segre, por lo que concluye que «los retornos del regadío también volverán, por gravedad, al río Segre, de donde salen los caudales». Esta situación da pie a la aseveración de que «ni una sola gota del río Ebro se utiliza fuera de su cuenca».