El acuífero de la Mancha Oriental , del que ha dependido históricamente el caudal del río Júcar, se ha recuperado en unos cinco metros durante el último año debido a las abundantes lluvias, a los desembalses de aguas superficiales realizados desde Alarcón y a la gestión de los regantes de Albacete, según se puso de manifiesto en la última asamblea celebrada por la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (Jcrmo).
La asamblea acordó las normas de gestión para 2011 en las que no se preven restricciones. Según el documento remitido a la asamblea, el estado actual de las reservas de agua del Sistema Júcar se considera «suficiente para asegurar el abastecimiento a población con aguas de procedencia superficial, así como el desembalse necesario para mantener un caudal ambiental adecuado en el río Júcar».
En declaraciones a la prensa en Albacete, el presidente de la Jcrmo, Francisco Belmonte aseguraba que las lluvias y las nieves de todo el año hidrológico han permitido que se registre un superávit de agua en los acuíferos de 230 hectómetros cúbicos ya que los regantes han consumido en torno a 220 y las recargas han alcanzado los 450.
«Hemos tenido una recarga de los acuíferos de cinco metros y medio, y nunca habíamos visto una subida de los niveles así», reconoció Belmonte, que atribuyó también a la «buena gestión» de los regantes la evolución experimentada por el acuífero.
Pese a la bonanza hídrica, Belmonte subrayó que los precios de la energía y de los productos «no animan» al agricultor a plantar. La cuota de potencia de los pozos se ha disparado un 600% en apenas tres años, lo que ha provocado un descenso en las extracciones e indirectamente una mejoría en la situación del acuífero.
Central eléctrica
Por otra parte, la Cooperativa Valenciana de Criadores de Ganado de Cerda y Vacuno, Cocerva, ha recibido autorización de la Conselleria de Infraestructuras y Transporte de la Generalitat Valenciana para rehabilitar una antigua central hidroeléctrica existente en El Saladar, una finca situada junto al río Cabriel en el término municipal de Requena.
Una vez recuperada, la antigua central albergará una turbina tipo Kaplan con una potencia eléctrica de 70 kilovatios.
La central del Saladar es una de las antiguas «fábricas de luz» existentes en el río Cabriel y que fueron abandonadas a mediados del siglo XX conforme se ponían en marcha otras infraestructuras de mayor rentabilidad.
Algunas de las concesiones hidroeléctricas del río Cabriel han caducado y sus derechos corresponden al Estado. Hasta ahora, la administración hidráulica se ha mostrado reacia a conceder nuevas concesiones de minicentrales en el Cabriel debido a los valores medioambientales de este río y al impacto de estas instalaciones.