La modernización de los regadíos y la desaparición de grandes superficies de cultivo debido al avance de las urbanizaciones hará probablemente que los agricultores de la cuenca del Segura necesiten menos agua. Asimismo, su dependencia de las aportaciones de la cabecera del Tajo se verá complementada en los años de escasez con la producción de agua desalinizada.
La demanda oficial de los regadíos, establecida en 1.660 hectómetros cúbicos anuales, puede experimentar un descenso en el nuevo plan de cuenca que empieza elaborarse este mes con la convocatoria, el día 19, del Consejo del Agua de la Cuenca que dará la señal de salida al proceso. Este plan, junto con el de las demás cuencas hidrográficas, debe estar aprobado en el año 2009. No estará exento de conflictos, por cuanto el déficit oficial del Segura, establecido en 460 hectómetros anuales, también puede verse reducido. Asimismo, hay otro aspecto de vital importancia, ya que se fijará de nuevo el volumen de aportaciones externas que precisan Murcia, Alicante y Almería. El Ministerio de Medio Ambiente y la Administración socialista no se plantearán nuevos trasvases hasta que estos planes estén aprobados, eso suponiendo que para entonces mantenga abierta la opción de las transferencias entre ríos.
Necesidades a 20 años vista
En la elaboración del nuevo plan de cuenca tendrán que participar activamente todos los ayuntamientos, sobre todo los de Murcia, Alicante y Albacete que están dentro del territorio del Segura. la Confederación Hidrográfica se dirigirá a todos los alcaldes para que aporten los datos de sus necesidades futuras de agua, al menos a 20 años vista, acorde con los incrementos de población previstos y la actividad urbanística. La Confederación da por hecho que la demanda urbana aumentará sensiblemente. En el año 1996 se estableció en 217 hectómetros cúbicos anuales, la mayoría procedentes de la cabecera del Tajo -máximo 131 por año, en destino-. El antiguo plan apuntaba que para el 2006 esa demanda subiría hasta los 255 hm3. mientras que en el horizonte del 2016 se incrementará hasta los 260. La desalinización podrá aportar unos 160, ampliables a 200, y el resto tendrá que seguir llegando del Tajo.