El Consejo Nacional del Agua reunido ayer dio su visto bueno al borrador del nuevo Plan Hidrológico del Júcar (PHJ), que ahora será remitido al Consejo de Ministros para su aprobación definitiva. Una de las consecuencias de la tramitación de la normativa es que ha acentuado el conflicto que rodea al trasvase Júcar-Vinalopó, entre otros motivos por el rechazo de los usuarios alicantinos (cuenca receptora) a los caudales previstos por una supuesta falta de calidad, extremo que rechazan los regantes tradicionales del Júcar (la cuenca cedente). Este enfrentamiento está relacionado con el cambio de la toma de agua desde Cortes al azud de la Marquesa, en el tramo final del río.
Ayer se produjo un nuevo episodio en este sentido, que se suma al registrado hace un par de semanas en el Consejo territorial del Agua, el trámite previo a la aprobación a nivel nacional. El motivo fue el pacto entre Generalitat, Ministerio de Medio Ambiente y los regantes de Alicante que sirvió para firmar un protocolo que estará asociado al plan y que permitirá «impulsar la puesta en servicio de la conducción y dar una solución definitiva» al trasvase, como informó el Consell.
Sin embargo, las formas no han gustado a los regantes de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (Usuj). Ayer, su secretario general, Juan Valero de Palma, expresó su «profundo malestar con la Generalitat» por no haber sido incluidos en las negociaciones pese al compromiso reiterado por el Ejecutivo autonómico de «tener en cuenta a la cuenca cedente en una cuestión tan sensible como el trasvase».
También dijo que se abstuvieron en la votación «por coherencia» con el posicionamiento adoptado en el consejo territorial. Esta postura se justificó tras incluirse en el borrador del plan la posibilidad de trasvasar 12 hm3 generados en afluentes del Júcar aguas abajo de Tous. No serán recursos disponibles en el azud de la Marquesa como defienden, sino de otro punto, lo que casa con las reivindicaciones alicantinas. Entonces tampoco fueron tenidos en cuenta en las negociaciones.
También se mantienen los 167 hm3 para la Albufera aunque sin precisar su origen, lo que provocó el rechazo de Valencia, que pidió, sin éxito, limitar el agua depurada que llega al lago al considerar que será la principal aportación. La norma también incluye mejoras para el canal Júcar-Turia, y en el citado protocolo se reflejan además 45 millones aprobados por el Gobierno para modernizar regadíos de Usuj. Queda por hacer lo mismo con los 1,8 que debe aportar la Generalitat.
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