Debo confesar que no me sorprendió la ausencia de ningún representante del gobierno municipal de la ciudad de Valencia en la manifestación que en defensa de l’Albufera que se llevó a cabo el pasado 31 de mayo en El Palmar. Allí nos unimos agricultores y ecologistas, entidades ciudadanas y sindicales, concejales de la Ribera y usuarios del lago. Estábamos prácticamente todos menos el Gobierno de Valencia y el Ayuntamiento de El Palmar, la pedanía que Blasco Ibáñez popularizó y que es indisoluble de la propia Albufera.
Ni un sólo edil de los veinte que el Partido Popular (PP) tienen el el cap i casal se adhirió al acto que reivindicaba poder dejar a nuestros hijos y nietos una Albufera limpia y viva. De ese Consistorio había representantes del PSPV-PSOE y de Compromís… pero ninguno del PP. Y eso que Valencia tiene un concejal para la demarcación territorial de la Dehesa y l’Albufera. Hablo de Vicente Aleixandre, agricultor arrocero y propietario de un negocio de hostelería que, como muchos más paisanos suyos, se ha ganado la vida como agricultor o al amparo de las virtudes turísticas del lago.
La ausencia de Aleixandre aquel sábado fue la de todo el PP municipal de Valencia, ciudad propietaria de l’Albufera. ¿Debe interpretarse que no les interesa una laguna de aguas limpias? Que cada cual saque sus propias conclusiones. Le dieron la espalda al futuro digno que necesita esta importante zona húmeda, para la cual, todo sea dicho de paso, la Generalitat Valenciana y varios ayuntamientos, entre ellos el de Valencia, piden que sea declarada Reserva de la Biosfera.
Nunca he escondido mi militancia en el PP y en Sueca, mi pueblo, fui uno de los fundadores de Alianza Popular (AP). No por ello soy, ni voy a ser, sumiso de las directrices marcadas por mi partido “de toda la vida”. Lo dicen los técnicos y así lo entendemos los regantes: el nuevo Plan de Cuenca del río Xúquer da pocas garantías al futuro de la Ribera y de l’Albufera. Y se ha llegado al extremo ridículo de que los ayuntamientos de la comarca que baña el río, e históricamente ha soportado trágicas inundaciones de sus incontrolables riadas, deban de pagar ahora el agua para beber cuando ciudades como Valencia, Sagunto o Albacete tienen una concesión propia sin tener que rascarse el bolsillo.
No soy la única voz discordante con las pretensiones del PP para el Xúquer y l’Albufera, no. Dentro del mismo partido, cada día son más las voces discrepantes con el nuevo Plan de Cuenca que nos deja igual o peor que en el de 1998. Una vez más se reparte agua que tan sólo existe sobre el papel; al río se le asigna un caudal ecológico mínimo; pretenden un segundo transvase para el que no hay, ni habrá, consenso de la parte cedente; l’Albufera queda a expensas de supuestos retornos de riego y poco mas…
Confesaba al principio que no me sorprendía la ausencia de concejales del PP de Valencia (antes del Turia, hoy, del Júcar, porque nueve de cada diez litros de agua que salen por su grifos proceden del río de la Ribera) en el acto reivindicativo de El Palmar. No me sorprendía pero es sorprendente que sigan cerrando los ojos y dando la espalda. El futuro del agua del Xúquer para su comarca y para l’Albufera, sin distinciones de colores políticos, es la vida para nuestros hijos y nietos.
José Pascual Fortea es presidente de la Comunitat de Regants de Sueca.
ENLACE A NOTICIA: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/06/12/valencia/1402589544_526312.html