La Federación Valenciana de Municipios y Provincias, que gobierna el PP a través de la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, ha impedido que el Ayuntamiento de Valencia, principal población que se suministra de aguas del Júcar, se quede fuera del «Comité de Autoridades Competentes», en lo sucesivo CAC, a quien la nueva legislación en materia hídrica otorga el máximo poder de influir en la planificación hidrológica del Júcar (PHJ) que marcará la gestión de las aguas de este río en las próximas décadas.
La elección del edil de Benicarló, Antonio Cuenca, del PP, no solo deja fuera al Ayuntamiento de Valencia, el candidato «lógico» a formar parte del Comité, sino que puede ser impugnada en cualquier momento por Castilla-la Mancha, lo que dejaría a los intereses valencianos en minoría dentro del CAC.
El Ministerio de Medio Ambiente invitó a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y a su homóloga en Castilla-La Mancha a que nombrarán representantes dentro del CAC. Castilla-la Mancha situó al concejal de Albacete Ramón Sotos y la valenciana optó por Antonio Cuenca, de Benicarló.
Sin embargo, el texto que regula la elección del CAC especifica que en él estarán representados «los entes locales, cuyo territorio coincida total o parcialmente con el de la demarcación hidrográfica…».
En este sentido, además de la renuncia a tener en el CAC representantes del máximo nivel político, Benicarló no es una ciudad situada dentro de la futura demarcación de la Cuenca del Júcar, de modo que el nombramiento de Antonio Cuenca sería ilegal y cualquier decisión que tomase o asunto en el que participase también.
Una sentencia del Tribunal Supremo y el propio Estatut de Autonomía de la Comunitat Valenciana obliga a la Generalitat a tomar el control competencial sobre las cuencas internas formadas por rios que nacen y desembocan en la Comunitat Valenciana.
Fuentes de la Administración del Estado dijeron que el hecho de que la Generalitat todavía no haya asumido esas competencias no condiciona el contenido de la ley ni la regulación que hace de la demarcación hidrográfica del Júcar de la que Benicarló «queda un poco lejos».
Sobre las razones de esta decisión que «debilita» los intereses valencianos en un órgano vital para el futuro hídrico de la Comunitat, tan solo cabe especular, según las fuentes, que apuntaron no obstante la posibilidad de que haya existido «descoordinación», «desinterés» o que se trate de una estrategia para buscar nuevos conflictos con el Gobierno central.