El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, felicitó ayer a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, por la negociación de la OCM del Vino y por el Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), pero defendió en su presencia la necesidad de terminar con el trasvase Tajo-Segura.
Barreda hizo estas consideraciones durante la inauguración de la sede de la delegación de Tragsa en Castilla-La Mancha, acto en el que también han participado, entre otros, la ministra de Agricultura y el presidente de SEPI, Enrique Martínez Robles.
Durante su intervención, el jefe del Ejecutivo regional se ha mostrado «encantado» de recibir en la comunidad a Espinosa tras los «dos éxitos» que ha cosechado en los últimos tiempos, en referencia a la OCM del Vino y el PEAG. No obstante, Barreda aprovechó la intervención para defender el final del trasvase Tajo-Segura, recalcar la prioridad de Castilla-La Mancha en el uso de las aguas del río Tajo y subrayar el esfuerzo para dotarse de infraestructuras que permitan usar ese agua.
Alegaciones
Por cierto, que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha formulado las primeras alegaciones al proceso de planificación hidrológica de las diferentes demarcaciones hidrográficas que considera oportunas, en las que se destaca la necesidad de constituir, como mayor garantía para un proceso de participación pública, los órganos reglados al efecto, entre ellos, los Consejos del Agua de las demarcaciones y los correspondientes Comités de Autoridades competentes. Así se puso de manifiesto en el último Consejo Regional del Agua donde se analizó este proceso de planificación hidrológica y en el cual se debatieron las observaciones que se han llevado a cabo respecto a los documentos de inicio del proceso de planificación para la revisión de los planes hidrológicos. El consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Julián Sánchez Pingarrón, resaltó la importancia de que el Gobierno de Castilla-La Mancha esté presente en el proceso de planificación hidrológica, ya que de las nueve Demarcaciones Hidrográficas, siete de ellas -Tajo, Guadiana, Júcar, Segura, Guadalquivir, Ebro y Duero- inciden en el ámbito territorial de la región.
En cuanto a la Demarcación Hidrográfica del Segura, el Gobierno regional ha alegado que no pueden computarse como recursos hídricos en esta demarcación los procedentes del trasvase Tajo-Segura, dado que estos están supeditados a posibles excedentes de la cuenca cedente y sujetos a la prioridad de otras cuencas y territorios. Por tanto, debe omitirse en el estudio de la demarcación toda referencia a dichos recursos, dada su precariedad y la próxima caducidad del trasvase. Por lo que respecta a la Demarcación del Júcar, la observación principal del Gobierno regional es que de acuerdo con la sentencia del Tribunal Supremo de 20 de octubre de 2004, es imprescindible excluir real, efectivamente y a todos los efectos, las cuencas internas de la Comunidad Valenciana, incluidas todas las denominadas costeras.