El Ministerio de Medio Ambiente anunciaba ayer, a través de un comunicado, la aprobación de una orden «que fija los criterios técnicos de los futuros planes hidrológicos de cuenca».
El nombre técnico de esta orden es Instrucción de Planificación Hidrológica, y su publicación marca el final de la fase participativa de la revisión de los planes hidrológicos de cuenca, para dar paso a la fase decisoria.
Es preciso aclarar que, aunque la aprobación se anunció ayer, la orden no se publicó en el BOE. Previsiblemente, aparecerá en el Boletín de hoy, y será consultada, casi auscultada, con lupa por todas las partes interesadas.
Hace casi un año, en otoño de 2007, las diferentes confederaciones hidrográficas, incluyendo las dos más importantes para la provincia, Segura y Júcar, abrieron el proceso de revisión de los planes de cuenca. En virtud de lo establecido en la Directiva Marco del Agua de la UE, estos procesos debían ser participativos, esto es, había que dar voz a todos los colectivos implicados en el uso y gestión del agua.
Durante todo este tiempo, estos colectivo, instituciones, entidades y asociaciones han ido haciendo sus aportaciones, presentando sus alegaciones. En ellos, se han plasmado sus visiones e intereses, con frecuencia contrapuestos entre sí.
Ahora, llega el momento de decidir. Y, para ello, se promulga la Instrucción de Planificación Hidrológica, en la que se van a marcar los criterios para decidir cómo serán y cómo se gestionarán las actuales cuencas hidrográficas cuando, al final de todo este proceso, se hayan convertido en demarcaciones hidrográficas.
La propia nota del Ministerio destaca, dentro de los asuntos tratados por la Instrucción, «la identificación y delimitación de las masas de agua superficial, continentales, costeras y de transición y de las masas de agua subterránea; la designación de masas muy modificadas y artificiales; la evaluación del estado de estas masas y el establecimiento de objetivos ambientales; la caracterización de los usos del agua, tanto desde la perspectivas de su demanda, como de la presión que generan y su caracterización económica; el inventario de recursos hídricos; el régimen de caudales ecológicos en ríos y estuarios y las necesidades hídricas en lagos y humedales; la asignación y reserva de de recursos o los programas de medidas». En definitiva, los principales asuntos clave de todo plan de cuenca