El último indicador de sequía elaborado por la Confederación Hidrográfica del Júcar a fecha 31 de agosto de 2011 no refleja una situación preocupante para ningún sistema de explotación en la Comunitat Valenciana, Albacete y Cuenca. Todas los grandes sistemas, incluidos los del Túria, Júcar y Mijares tienen un indicador «verde» de normalidad y solo la Marina Alta con indicador «naranja» de alerta y el Vinalopó-l´Alacantí en «amarillo» de prealerta rompen la tendencia imperante en cuenca.
Los citados indicadores, que forman parte del Plan Especial de Actuación en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía (PES), se elaboran mensualmente. En su definición se utilizan más de 34 parámetros en distintas localizaciones de la cuenca que incluyen: el volumen almacenado en los embalses, el nivel piezométrico de los acuíferos, las aportaciones de los ríos en régimen natural y la pluviometría de los últimos meses.
En este sentido, fuentes de la Confederación Hidrográfica creen que todavía es «prematuro» hablar de sequía aunque preocupa, sobre todo, el descenso en los caudales de los ríos.
El retraso en la aparición de las lluvias ha tenido ya una incidencia directa sobre los caudales de los ríos, muy disminuidos, y resecado la capa más superficial del territorio, con un descenso en la producción agraria —olivar y frutos secos— que la Unió de Llauradors ha valorado ya en nueve millones de euros. En este contexto, la imagen de pequeños embalses resecos—casi balsas— comienza a ser frecuente en algunos medios de comunicación mientras la inminencia de las elecciones permite también a las fuerzas políticas recuperar la exigencia de trasvases.
Según Alfonso Calera, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha y director de la Sección de Teledetección y SIG, desde donde se monitoriza la evolución de la cuenca del Júcar, «los satélites están indicando una pérdida de humedad casi absoluta en los niveles superficiales, con consecuencias directas sobre las cosechas y una mayor demanda de recursos en las zonas regables».
El verano ha sido cálido y con un 30 % menos de precipitación de lo normal en la Comunitat valenciana. En septiembre, cuando suelen comenzar las precipitaciones, las cosas no han ido mejor, con un 60 % menos de lluvias de lo que se considera normal y con una temperatura media de 1,5 grados superior a la habitual.
Anticiparse a la falta de agua
El ciclo de sequía que se inició en 2004 provocó la adopción por parte del Gobierno de una serie de estrategias y medidas para paliar los efectos de estos episodios recurrentes en España y en especial en el área mediterránea. En 2007 se aprobaba el Plan Especial de Actuación en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía en la Confederación Hidrográfica del Júcar. A través de diversos indicadores de situación que incorporan también tendencias previsibles y la experiencia acumulada, ha sido posible definir unos umbrales de sequía que obligan a adoptar medidas de prevención específicos para cada sistema fluvial en la cuenca del Júcar.