El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, ha abogado por «superar viejas batallas del agua» en la elaboración de los planes de cuenca, de los que ha puesto como ejemplo al Plan de Tajo, al que ha calificado como «equilibrado» para propiciar acuerdos.
En una entrevista con Efe, el secretario de Estado ha considerado que en el proceso de elaboración de los planes de las cuencas hidrográficas «hay que superar viejas batallas del agua, porque no tienen ningún sentido».
Un ejemplo de este planteamiento, para él, es el Plan del Tajo del que ha comentado: «Hemos sacado a información pública un plan equilibrado para poner de acuerdo a los interesados».
«El Tajo pasa por dos países europeos: España y Portugal y si somos capaces de coordinarnos con Portugal sin problema, aprendamos que además de llevarnos bien con nuestros vecinos europeos tenemos que llevarnos bien entre nosotros», ha añadido.
Ramos ha justificado su intensa reforma de la legislación ambiental en que el anterior Ejecutivo socialista había olvidado en su normas la necesidad de generar empleo.
Se muestra «absolutamente convencido» de que es posible facilitar el trabajo a los empresarios sin dañar el medio ambiente: «En medio ambiente el futuro está muy dibujado: las actividades tienen que ser más eficientes, menos impactantes y emitir lo menos posible. Y ahí caben desarrollo económico y oportunidades de empleo».
Ramos ha repasado algunos de los temas más polémicos, como el Plan de Cuenca del Tajo, el almacenamiento de gas en Doñana, o el catálogo de especies invasoras, tras recordar que en el último año se ha cambiado la Ley de Costas y puntos concretos de distintas leyes que afectan al agua, la biodiversidad o los residuos.
En términos generales y a su juicio, había mucho que avanzar en legislación ambiental porque en la pasada legislatura «se olvidó a la persona» y hay que orientar a las personas que quieren hacer actividades en su entorno, para que sean aliados ambientales.
«A quien no quiera sumarse a esta ola habrá que limitarle, pero no mirar a quien quiere hacer algo como un infractor desde el principio», ha señalado.
En lo concreto y en cuanto a Doñana y el proyecto de almacenar gas natural, ha juzgado que en modo alguno afecta ni va a afectar al Parque, cuya protección, ha dicho, es lo prioritario.
Sobre este asunto, Ramos ha recordado que la administración anterior también lo había tramitado así, que el Patronato de Doñana informó favorablemente, y que la Junta de Andalucía nunca dijo nada de esto.
Además ha destacado que la evaluación de impacto ambiental que se hizo en su día y que ellos la cogieron al final, «está perfectamente hecha y no se puede estar jugando con empresarios, inversiones y puestos de trabajo por razones aparentemente medioambientales».
En su opinión, hay que respetar el medio ambiente pero también hay que respetar a una empresa -Gas Natural- que ha hecho un trabajo serio y que lleva años esperando una respuesta.
En cuanto a las especies invasoras, ha recordado que el Ejecutivo socialista aprobó un Real Decreto sin el acuerdo necesario de las CCAA, que son las que tienen las competencias sobre el control y la vigilancia.
En la reforma que se prepara de este Real Decreto, se refuerza el catálogo porque se incluyen 40 especies nuevas, pero se elimina el listado general, para que cada CCAA confeccione el suyo propio.
«Pero pretender ahora, 150 años después de su introducción en los ríos españoles, que la trucha arco iris es una especie exótica y que de la noche al día la vamos a excluir pues se nos antoja improcedente», ha indicado.
Entre otras razones, porque se estima que hay casi 100 piscifactorías que se dedican a la cría de esta trucha, es decir hay que gente que vive de esto, «han invertido y hay que ser respetuosos, pero ello no quiere decir que quien sea tenedor de las mismas las vaya a soltar al medio ambiente».
En cuanto a su actitud personal de respeto con el medio ambiente, no ha desvelado si se ducha con agua fría como Arias Cañete, aunque sí ha sostenido que al igual que el ministro, él también es cada vez más cuidadoso con el agua que consume, y con el consumo energético que supone calentar el agua.
A su juicio, todos los que se dedican a éste ámbito tienen que ser cada vez más conscientes de la eficiencia energética, «y es ese el mensaje que el ministro quería dar».
Finalmente, Ramos se ha mostrado partidario de salvar el mercado europeo de derechos de Emisiones de CO2, cuyo precios se han desplomado, porque considera que se trata de una buena medida para animar a las industrias a contaminar menos, y esto, en su opinión, es mejor que poner un impuesto directamente o sanciones a los incumplidores.