La necesidad de construir una planta de ósmosis inversa la planteó en marzo de 2000 la Confederación Hidrográfica del Júcar al Ayuntamiento, en una carta, como la mejor solución para eliminar el alto nivel de sulfatos del agua del Júcar
La estación de tratamiento que albergará la planta de ósmosis invers
R.S.
E. REAL
El 1 de marzo del año 2000, cuando se empezaron las obras para garantizar la traída de aguas del Júcar para abastecer a la capital, la Confederación Hidrográfica del Júcar ya planteó al Ayuntamiento de la capital que, aunque el agua de este río era de mejor calidad que la que llegaba hasta entonces a la ciudad de los pozos, sería necesaria la construcción de una planta de ósmosis inversa para eliminar el alto contenido de sulfatos y garantizar la máxima pureza posible en los grifos albaceteños.
Hoy, 10 años después justamente, los albaceteños y la ciudad siguen esperando la ansiada planta de ósmosis inversa, que no acaba de llegar, a pesar de que está confirmado el proyecto desde el año 2006, cuando, también en el mes de marzo, el Consejo de Ministros lo incluyó como una de las actuaciones adicionales al Convenio con Aguas del Júcar.
En este momento, el proyecto de evaluación de impacto ambiental se encuentra bloqueado en el Ministerio de Medio Ambiente, después de sufrir una segunda paralización en su tramitación para ampliar la información.
A lo largo de las últimas visitas que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar ha cursado a esta capital en los últimos dos años, Juan José Moragues ha venido asegurando que el inicio de las obras era inminente.
De hecho, en septiembre de 2008, Moragues, que confirmó que la adjudicación para acometer las obras ya se había realizado, siendo la escogida la empresa Lubasa, manifestó en esta capital: «Me voy a comprometer a decir que en octubre puede empezar la obra».
Algo que no ocurrió ni en ese año 2008, ni en 2009 y, por los trámites que se reflejan en la página web del Ministerio de Medio Ambiente, tampoco se hará antes del segundo semestre de este año.
EVALUACIÓN BLOQUEADA. En todas estas últimas visitas del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar a tierras albaceteñas sus palabras siempre eran las mismas, que el proyecto está a punto de iniciar las obras pero se está a expensas del trámite de evaluación e impacto ambiental del Ministerio de Medio Ambiente.
Este diario se puso en contacto con la responsable de comunicación en los temas de impacto del Ministerio mencionado, quien confirmó que el trámite «todavía se encuentra en la fase inicial, en la de las consultas a las partes interesadas», manifestó.
Según la información facilitada por las fuentes ministeriales (y que es pública y se puede consultar en la web www.marm.es), el expediente para realizar la evaluación ambiental de este proyecto lo recibieron el 19 de septiembre de 2008 y se empezó a tramitar, pero sufrió una primera paralización el 14 de octubre de 2008, puesto que no estaba correcta toda la documentación remitida por la Confederación y el Ministerio les envió un requerimiento de subsanación, algo que quedó solucionado el 23 de diciembre de 2008, lo que permitió reanudar el proceso con fecha 14 de enero de 2009.
Entonces, comenzó otra vez la ronda de consultas a las entidades, instituciones y organismos intervinientes y afectados con el proyecto. Puesto que no se sabía nada nuevo desde el mes de enero, que es cuando se retomó el proceso, entendiendo que los trámites seguían su cauce, en julio de ese año, 2009, nuevamente Moragues volvió a plantear que el inicio iba a ser inminente y que las obras durarían 16 meses.
Contra todo pronóstico, hace justo hoy una semana, el Ministerio de Medio Ambiente ha vuelto a paralizar el proceso. El 26 de febrero de 2010 remitió una comunicación a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha argumentando una «solicitud de ampliación de información a la comunidad autónoma» que ahora deben recibir para retomar el ritmo.