La Conselleria de Agricultura ha roto el consenso que había entre los agricultores alicantinos desde 2005, al presentar una alternativa al trasvase Júcar-Vinalopó, en concreto a la toma de Cortes de Pallás que se pactó con el exministro Arias Cañete, que traería el agua potable a Alicante desde el embalse de Alarcón. Una solución que compensa la mala calidad del agua del Azud de la Marquesa (Cullera), muy cara además para el regadío (0,69 euros el metro cúbico), pero que no asegura el agua para todas las comarcas.
La opción no disgusta en Elche, es válida para l´Alacantí e, incluso, la Marina Baixa, pero, sin embargo, desconecta del Júcar-Vinalopó a dos de las comarcas más afectadas por la falta de recursos, como el Medio y Alto Vinalopó, que no tienen acceso al agua de Alarcón (los costes de elevación del caudal son inasumibles) y, por lo tanto, seguirían extrayendo de los pozos subterráneos, algunos con el nivel del agua a 500 metros de profundidad.
La alternativa, propuesta por el vicepresidente Císcar y avalada por el jefe del Consell, Alberto Fabra, está a años luz de lo que reclama la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó, pero ha sido recibida con agrado por un sector de los agricultores, en concreto los de Elche y la Vega Baja.
Sin embargo, el paso adelante y, en principio unilateral, dado por el Consell, vuelve a tensionar la polémica del agua en la provincia, ya que se produce apenas un mes después de que el Ministerio de Agricultura, hoy gestionado por Isabel García Tejerina, pactara con la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó la recuperación de la toma de Cortes de Pallás, en un documento adjunto al plan de cuenca del Júcar que debe aprobar el consejo de ministros antes de julio.
Ahora, se vuelve a cuestionar. esta vez desde Valencia y por un gobierno del PP, la única solución que haría viable el Júcar-Vinalopó para dotar de agua de calidad a una provincia en la que existen 125.000 hectáreas en producción de regadío, y que soporta un déficit anual de agua que supera ya los 300 hm3 . En estos momentos en el acuífero de la Sierra de Crevillent, declarado sobreexplotado desde hace 20 años el agua se extrae a 600 metros de profundidad y con un contenido en sal de 1 gramo por metro cúbico.La falta de operatividad del trasvase Júcar-Vinalopó, unida a la ausencia de lluvias ha provocado que en zonas como Aspe sólo queda agua de riego hasta el mes de julio.
Por otra parte, las lluvias que desde ayer afectan buena parte de España no solucionan la sequía que desde hace meses castiga el este del territorio peninsular, especialmente Alicante, donde entre septiembre y mayo se ha registrado el periodo más seco desde que se tienen archivos de lluvias, hace 150 años. El Ministerio de Agricultura ha reconocido la gravedad del fenómeno en la Comunidad Valenciana, pero también en Murcia, este de Andalucía, sur de Aragón, Castilla-La Mancha y zonas puntuales de Castilla y León y prepara incentivos fiscales.
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