El trasvase Júcar-Vinalopó será inservible, al menos, hasta 2012. Pese a que la tubería del trasvase está prácticamente terminada y que las obras del postrasvase avanzan a buen ritmo, la falta de una potabilizadora que permita el uso del caudal para todo el regadío y el abastecimiento arroja serias dudas sobre la utilidad de la infraestructura.
Según denunciaron ayer el delegado del Consell en Alicante, José Císcar, y la diputada nacional del PP Adela Pedrosa, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011 no contemplan la inversión en la citada potabilizadora, cuya construcción comprometió hace meses el secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu. Císcar criticó que el presupuesto de Medio Ambiente caiga un 22,7 por ciento en la provincia de Alicante, y que la inversión se destine principalmente a las desaladoras. En cambio, no hay consignado un solo euro para la potabilizadora que debe garantizar la operatividad del Júcar-Vinalopó.
De esta forma, el trasvase no podrá entrar en funcionamiento, en principio, hasta 2012, pese a que el Ministerio se comprometió a terminarlo antes de que finalizase 2008. El cambio de trazado impuesto unilateralmente por la entonces responsable de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y la calidad del agua en la nueva toma han retrasado sucesivamente los plazos.
Tal como ha venido publicando ABC, el nivel de contaminación en la desembocadura del Júcar —de donde se tomará el agua a trasvasar—, como consecuencia de los retornos de los regadíos, impide destinar el agua del trasvase a los principales cultivos del interior de la provincia de Alicante, los de hortalizas.
Una promesa de 2009
Al mismo tiempo, al no poder derivar parte del caudal al abastecimiento de las ciudades, el precio final del metro cúbico resulta casi inaccesible para los regantes. Precisamente por ello, Puxeu se comprometió en julio de 2009 a construir una potabilizadora que permitiera abrir el abanico de usuarios y, así, garantizar la utilidad del Júcar-Vinalopó. Una promesa que trasladó oficialmente al conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino, en enero de este año.
No obstante, el plan de austeridad impuesto por el Gobierno ha dejado sin financiación el proyecto, cifrado en unos 40 millones de euros. Así, hasta el momento no hay noticias de la ansiada potabilizadora, ni de una segunda toma —alternativa propuesta por los regantes—, por lo que la Junta de Usuarios del Vinalopó amenaza con no aceptar el agua que se trasvase desde el Júcar a la balsa construida en Villena.
Por otra parte, la aprobación del Plan de Cuenca del Júcar —previo a la aprobación de las normas de uso del trasvase— se ha pospuesto a 2012, por lo que todo apunta a que el Júcar-Vinalopó no empezará a ser efectivo, al menos, hasta esa fecha.