La Confederación Hidrográfica del Júcar prevé la aparición de problemas para ajustar la oferta y la demanda de agua en el nuevo plan hidrológico del Júcar, condicionado, entre otras razones, por el descenso en las aportaciones de aguas superficiales, las «limitaciones» que tienen los planes de modernización de regadíos a la hora de liberar recursos, y el cumplimiento de los criterios medioambientales, que será obligatorio incluso en regiones como la valenciana donde existe un déficit estructural de agua.
Aunque se trata todavía de borradores pendientes de ser ajustados en el proceso de debate sobre el «esquema de temas importantes» -paralizado hasta que se delimiten las cuencas hidrográficas que son responsabilidad exclusiva de la Generalitat Valenciana-, los trabajos previos realizados por la Confederación Hidrográfica del Júcar destacan como «cuestiones clave» a tener en cuenta en el futuro plan la «probable reducción de recursos hídricos renovables».
La CHJ maneja dos escenarios distintos derivados del uso de la serie estadística larga -1940-2006- y la corta -1980-2006-, con reducciones de hasta el 40% en la infiltración por lluvia en las zonas de Cuenca, Teruel y Albacete, donde ganan su caudal los ríos Júcar, Cabriel y, en menor medida, el Turia.
Los estudios constatan una variación «espacial» de las precipitaciones-llueve más en la costa y mucho menos en el interior- y una disminución global de las aportaciones, muy acusada en los últimos 25 años.
Con estos parámetros, el recurso renovable disponible se quedaría en 3.294 Hm3 anuales, una cantidad que puede ser menor si se acrecientan los efectos del cambio climático. «Hay menos agua disponible, puede haber todavía mucha menos de lo que ahora se estima y además ya no pueden ignorarse los requerimientos medioambientales», apuntan desde la Confederación.
Así, el recurso a las aguas subterráneas estará condicionado por la necesidad de mantener el equilibro entre el recurso disponible y las extracciones. El índice de explotación «k», resultado de dividir las extracciones por el recurso disponible no puede ser mayor de 0,8, lo que deja en el límite de la explotación sostenible a decenas de acuíferos valencianos. Como restricción medioambiental deben de mantenerse todas las descargas de los acuíferos a la red fluvial, lo que limita todavía más la gestión del recurso.
Respecto a la demanda previsible, la Confederación Hidrográfica del Júcar ha hecho ya decenas de proyecciones, aunque existen todavía grandes incertidumbres, especialmente en lo relativo al consumo de agua para uso de boca.
Demanda en crecimiento
En la actualidad, la demanda se sitúa en torno a los 551 Hm3/anuales y se prevé que en 2015 ascienda a 679,1. La incógnita crece para los años posteriores y la CHJ maneja para el 2007 un horquilla de consumo entre 738 y 903 hectómetros, excesivamente amplia a la hora de hacer una planificación. Respecto al regadío, la CHJ admite un incremento de casi 100.000 hectáreas desde 1982 a 2004, la mayoría en Castilla-La Mancha. Aunque la tendencia parece estabilizada, la CHJ recoge en sus informes la existencia de una demanda bruta muy elevada todavía, con 2.505 hectómetros cúbicos anuales. En 2015, la modernización de regadíos habrá finalizado y la demanda bruta se situará en 2.294 hm3, con un ahorro de 211 hm3 respecto a la situación actual. En este sentido, la CHJ, atendiendo a la necesidad de mantener caudales medioambientales aguas abajo de los primeros regadíos y fijar un nivel de recarga en los acuíferos costeros suficiente para evitar la intrusión salina, invita a ser «prudentes» en la estimación de los ahorros derivados de la mejora de la eficiencia en el riego
Compensar el déficit
Por último, la CHJ destaca la «importancia» pero también las «limitaciones» de las escasas actuaciones proyectadas para incrementar la oferta. Dentro del ámbito de la demarcación Júcar, y excluida por ello la amplia zona del sur de Alicante abastecida por el Segura, la CHJ preve un incremento de la reutilización de aguas depuradas.
Sin embargo, también aquí se pronuncia con cautela. Así, el volumen total depurado asciende hoy a 524 hm3/año y el reutilizado 151 hm3. Sin embargo, en 2015 se estima una reutilización real de la mitad de lo depurado actualmente, sin superar los 248 hectómetros cúbicos.
Por último, las desalinizadoras tan solo aportarán en 2015 97 hm3 ya que las más importantes se situan en el ámbito de la cuenca del Segura, donde existe una mayor necesidad de caudales. No existe, de momento un balance oficial que confronte los recursos propios disponibles en el interior de la cuenca y las demandas previsibles, pero las calculadoras echan humo.