Antonio López investigador del IIAMA-UPV, ha desarrollado herramientas tanto de simulación como de optimización para la gestión de recursos hídricos, basadas en modelos hidroeconómicos con el objetivo de ayudar a la toma de decisiones en sistemas de recursos hídricos con escasez de agua.
Estas herramientas, que forma parte de las investigaciones que está realizando en su tesis doctoral dirigida por el subdirector del IIAMA y profesor de la UPV Manuel Pulido-Velázquez, permiten evaluar el impacto económico de las sequías en las últimas décadas, así como los beneficios potenciales de medidas de mitigación o de cambios en la gestión del sistema.
En este sentido, a nivel europeo se estima que el coste de la sequía en los últimos 30 años es de unos 100 billones de euros, mientras que en la cuenca del Júcar solamente el coste de las medidas de emergencia durante la sequía de 2005 a 2008, fue de unos 75 millones. Asimismo, el quinto Informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) muestra que ya se está produciendo un cambio en la tendencia climatológica, con un aumento de la temperatura y una reducción general de las precipitaciones en España.
En este contexto de incertidumbre respecto a la disponibilidad futura de recursos hídricos, se han diseñado sistemas de apoyo a la decisión que permitan evaluar el impacto de estrategias de gestión, incluyendo instrumentos económicos para gestión de la demanda (ej. precios del agua, mercados), en la adaptación al potencial impacto económico del cambio climático.
SIMGAMS
La herramienta SIMGAMS permite gestionar los recursos hídricos disponibles a escala de cuenca, teniendo en cuenta las prioridades establecidas por ley en cuanto a usos y reglas de operación de embalses. La manera de gestionar el recurso hídrico disponible se basa en el SAD SIMGES de AQUATOOL, – desarrollado en el IIAMA por el equipo dirigido por el profesor Joaquín Andreu y extensamente aplicado en España para el desarrollo de los planes de cuenca -.
SIMGAMS calcula los beneficios y costes para cada uno de los usuarios tras determinar los repartos del agua, tal y como explica el autor de la investigación. “Si un usuario demanda 100 millones de metros cúbicos pero el modelo recoge que sólo se le puede abastecer 80, SIMGAMS determina el coste económico de no haberle podido suministrar la demanda objetivo, es decir, determina el coste de escasez asociado al déficit del suministro”.
La metodología demuestra que una política eficiente de precios del agua a nivel de cuenca permitiría una gestión más eficiente del recurso, tanto en situaciones de escasez de agua, como en escenarios futuros de cambio climático.
En este sentido, Antonio López propone que la política de precios sea incluida en los actuales planes de cuenca y se incorpore el valor marginal del agua de forma dinámica a las tarifas.
“Los diferentes estudios realizados a nivel práctico en el sistema del Júcar, demuestran que el factor económico es determinante en el comportamiento del consumidor. De esta forma, si se hubieran configurado unas políticas de precios dinámicas basadas en el valor marginal del agua- que establece que conforme sube su precio el consumidor demandaría una cantidad inferior del agua lo que tendría como efecto una gestión más eficiente del recurso -, las pérdidas de las sequías serían menores que las ocurridas históricamente”, sostiene el investigador López.
OPTIGAMS
Por su parte, OPTIGAMS es una herramienta que distribuye el agua solamente en función de criterios económicos, sin tener en cuenta prioridades ni reglas de operación como el modelo anterior. Este sistema calcula la asignación óptima del agua desde el punto de vista económico, así como las pérdidas de cada usuario en el caso que no se le proporcione agua, determinando el coste de escasez asociado. Por tanto, distribuye el agua para que el coste de escasez a nivel de cuenca sea el menor posible.
Metodología desarrollada
La metodología desarrollada de análisis del impacto de instrumentos económicos, como políticas de precios o mercados del agua, en la gestión del agua se fundamenta en los modelos hidroeconómicos que analizan simultáneamente la economía, la ingeniería y la hidrología, realizando un estudio a escala de la cuenca de suministros, las demandas e infraestructuras disponibles. Para introducir la variable económica en el estudio, se han empleado curvas de demanda que relacionan el valor del agua con el suministro, tal y como explica el investigador del IIAMA.
“Para obtener las curvas de demanda agrícola se ha desarrollado un modelo de optimización que maximiza la función de utilidad de los regantes. Para ello, tenemos en cuenta atributos como el riesgo, margen bruto y complejidad de la gestión que estiman el coste de escasez que son las pérdidas económicas asociadas a un suministro inferior a la demanda objetivo”.
Como señala el profesor Pulido, director de esta investigación, los precios del agua pueden desempeñar un doble rol: en la recuperación de los costes asociados a los servicios del agua (instrumento financiero) pero también en la gestión de la demanda (como instrumento económico). “Las tarifas del agua bien diseñadas deben permitir también financiar la seguridad hídrica en la cuenca, de forma que se disponga de recurso adicional en épocas de escasez. A pesar de que políticamente es un tema difícil, es fundamental diseñar políticas de precios que consideren la dimensión del agua como bien económico y su escasez e incorporen los costes ambientales y del recurso, tal y como nos pide la Directiva Marco del Agua”, sostiene el subdirector del IIAMA.
Fuente: http://www.iiama.upv.es/