España ocupa el primer puesto entre los países europeos por lo que se refiere al consumo de agua en el ámbito doméstico –hogares, pequeños negocios y edificios públicos–, con una media de 250 litros por persona y día y, como país mediterráneo. Además, es uno de los países de la UE que atrae a más turistas, quienes suelen gastar más de un 100% más de agua que los nacionales.
Estos datos forman parte del informe que difundió hoy la Comisión Europea sobre el potencial de ahorro de agua en distintos ámbitos, pero que también pone de relieve algunos patrones de consumo, ya sea en el turismo, la agricultura, el uso doméstico o la industria.
En términos generales, sitúa a la mayoría de España en el grupo de territorios europeos donde se prevé «estrés de agua», provocado no por la sola existencia de recursos hídricos, sino por su relación con la gestión de los mismos que hacen organismos públicos, industrias, plantas de energía o la agricultura. Así, solo la zona de Galicia tendrá un riesgo «bajo» de estrés, que será «medio» en la meseta norte y «elevado» prácticamente en el resto del país.
Por lo que respecta al uso doméstico del agua, sitúa a España a la cabeza del consumo, que se distribuye un 70% en los hogares, un 24% en pequeñas empresas y servicios y un 6% en servicios públicos. El informe señala que, en términos generales, este sector fue el responsable en 2000 del gasto del 24% del agua, correspondiente a 73, 2 kilómetros cúbicos, lo que muestra una «tendencia negativa». En el caso de España, señala que entre 1996 y 1999 las pérdidas de agua en la red de distribución crecieron de 20 a 21, 4%.
El texto propone una serie de medidas con las que se podría ahorrar el consumo de entre un 20 y un 50%, por ejemplo mediante cambios en los hábitos de la población, un uso más eficiente de tecnologías y dispositivos de ahorro o uso de fuentes alternativas de agua que incluyeran su reutilización cuando sea posible.
TURISMO El riesgo mayor que otros países que tiene España a sufrir «estrés» por agua se incrementa teniendo en cuenta la mayor afluencia de turistas que, como el resto de países de Mediterráneo, registra.
El estudio advierte que los turistas no pueden considerarse como causa, aunque admite que los impactos sobre los recursos hídricos son «significativos» en algunas áreas.
Señala que España se situó en 2004 entre los seis países mediterráneos dentro de los 25 principales destinos turísticos.
Advierte que el consumo de agua varía considerablemente entre las temporadas de más afluencia, pero también porque la cuantía del consumo es diferente según el modo de hacer turismo.
En términos generales estima que «los turistas que visitan el Mediterráneo consumen una media de entre 300 y 880 litros al día», lo que supone «más del 100% que los residentes locales». Cita como uno de los ejemplos las Islas Baleares, donde el consumo de agua en julio fue en 1999 igual al 20% de lo que la población local utilizó en todo un año.
El informe indica también que el consumo depende del tipo de alojamiento, de manera que la media en un camping es de 174 litros por persona y día; en un ‘bed and breakfast’, de 281 litros, y de 294 litros en un hotel. En un hotel de más de tres categorías, el consumo en sus bares o cafeterías puede rondar los 35 litros por huésped, mientras que el gasto en locales nocturnos o con piscinas puede llegar a 60 litros más por noche si se compara en lugares que no tienen piscina.
CAMPOS DE GOLF Merecen un comentario especial el consumo en los campos de golf, donde crece «significativamente». De media, un campo de entre 50 y 150 hectáreas consume entre 10. 000 y 15. 000 metros cúbicos de agua, que corresponde al gasto anual en una ciudad de unos 12. 000 habitantes.
El texto vuelve a citar datos de 2004 de España, para indicar que la demanda de agua en los campos de golf se eleva a unos 125 millones de metros cúbicos al año, una cifra que se espera que crezca alrededor de un 65% en 2015.
Las recomendaciones para reducir el consumo en el sector turístico coinciden con las domésticas –como un mayor control en el gasto en inodoros o duchas– o en la agricultura, con irrigación en jardines y campos de golf.
CAMPO E INDUSTRIA Por lo que respecta a la agricultura, el consumo también varía en función de la necesidad de los países de regar o no según su clima, por lo que, una vez más necesitará más agua que países del norte de Europa. «En los países mediterráneos el riego de tierras supone una gran parte del consumo total», dice y señala que en España es del 68%.
Afirma que el ahorro de agua en las actividades agrícolas puede esperarse gracias a las mejoras tecnológicas, cambios en las prácticas agrícolas o uso de cultivos más resistentes a las sequías.
Afirma que el riego por goteo es en general positivo y puede potenciar el ahorro, aunque señala también ejemplos, como en Valencia, donde no funcionaron según lo esperado.
En cuanto al uso de agua en el ámbito industrial, el documento reseña que éste ha disminuido en los últimos 30 años en el sector industria, pero ha aumentado en el de la energía. Los mayores consumidores industriales están en Finlandia, Francia, Alemania, Suecia, España e Italia.
Aquí propone tecnologías para ahorrar en base a cambios en los procesos de producción, el reciclado del agua, cambios en las tecnologías de refrigeración o mediante los «dispositivos clásicos» de ahorro.