El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, ha mostrado su satisfacción por la aprobación por el Consejo Nacional del Agua de los planes de gestión de las cuencas del Guadalquivir y el Guadiana y las del Cantábrico Occidental y Oriental.
Del Campo, en declaraciones a Efeagro, ha explicado que su apoyo a los cuatro planes hidrológicos en la votación del Consejo del Agua ayer se debe a que «se habían consensuado con los usuarios y porque, en general, incorporan la mayor parte de las alegaciones presentadas».
Ha reconocido que ayer mantuvo discrepancias con la Junta de Andalucía, «que votó en contra del plan del Guadalquivir porque quería limitar a las comunidades de regantes de mayor tamaño una dotación máxima para los cultivos que consideramos insuficiente».
«Paradójicamente -ha precisado- esa limitación no existía para las comunidades de regantes de menos de 2.500 hectáreas, lo que resulta incomprensible e irracional cuando las necesidades de los cultivos sólo dependen del suelo y el clima, y no de la mayor o menor superficie de la zona regable».
Ha lamentado que «la Junta no haya contado con los usuarios del agua» pese a que la totalidad de ellos, «tanto de riegos como de abastecimientos a poblaciones industriales y para otros usos», apoyaron el Plan del Guadalquivir en el Consejo de esa cuenca cuando se sometió a votación el pasado mes de octubre, mientras que el Ejecutivo andaluz se abstuvo.
Fenacore, que representa a cerca de 600.000 regantes en España, «siempre apoyará el interés general y no el interés localista en la distribución del agua», ha sentenciado el presidente de Fenacore.
Según la información facilitada por Del Campo, el plan del Guadalquivir obtuvo ayer 68 votos a favor, seis en contra -entre ellos el de la Junta de Andalucía- y cinco abstenciones.
El del Guadiana salió adelante con 65 votos a favor, siete en contra y tres abstenciones: el del Cantábrico Occidental consiguió 65 votos a favor, tres en contra y 11 abstenciones, y el del Cantábrico Oriental registró 64 votos a favor, tres en contra y ocho abstenciones.
Según del Campo, para 2013 el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) tenía previsto en principio dar luz verde a un nuevo Plan Hidrológico Nacional, pero ha apuntado que cree que esta medida no se producirá hasta que no se aprueben los planes de gestión de cuenca que faltan, «que son las más importantes».
Entre estas cuencas, «todas intercomunitarias y algunas con problemas de demarcación y caudales ecológicos», ha mencionado la del Ebro, en la que participan nueve comunidades autónomas; la del Duero; la del Tajo -en la que está presente Portugal- y la del Júcar y Segura, que depende de trasvases del Tajo.
«Los regantes queremos un Plan Nacional cuanto antes y con criterios puramente técnicos que persigan el interés general y no la política localista que ocasiona conflictos y, por tanto, retrasos en la planificación hidrológica de cualquier país con carácter general», ha resaltado.
A su juicio, en España «hay agua, pero mal distribuida», por lo que «es necesario que continúen las obras de regulación, sobre todo por las necesidades ante un cambio climático que propicia lluvias torrenciales y periodos de sequía más amplios.