Castilla-La Mancha es la segunda región más perjudicada por la desaparición de las tarifas especiales para regadío y el consiguiente encarecimiento de la factura eléctrica, según un estudio realizado por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).
El estudio -hecho público a raíz de la manifestación contra la subida de las tarifas eléctricas que tendrá lugar el próximo sábado en Madrid- revela que las regiones que han transformado en mayor medida sus explotaciones hacia sistemas de riego más eficientes (aspersión y goteo) son las más afectadas por la nueva normativa.
En la actualidad, Castilla-La Mancha cuenta con 482.660 hectáreas de superficie regada (el 14,3% del total de la superficie regada nacional), de las que un 56,8% son abastecidas con sistemas de riego por aspersión que si bien permiten un mayor ahorro de agua, exigen también un mayor consumo energético.
El estudio muestra que el encarecimiento de las tarifas eléctricas puede frenar el proceso de modernización de regadíos e incluso provocar el cambio hacia otros cultivos que exijan menor consumo de agua y, por tanto, de energía. EFE