El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, ha reclamado hoy al Gobierno obras de regulación y trasvases para combatir los efectos negativos del cambio climático.
Andrés del Campo ha intervenido hoy en el congreso científico Historia, Gestión y Nuevos Usos de las Canalizaciones y de los Paisajes de Regadío, que se celebra en Amposta, organizado por la Comunidad General de Regantes de la Derecha del Ebro con el objetivo de analizar el futuro del desarrollo sostenible de los deltas y el desarrollo de la agricultura en estos espacios.
El presidente de FENACORE ha advertido de los riesgos y peligros del cambio climático como el incremento del carácter torrencial de los ríos y la prolongación de los periodos secos.
Para Del Campo, si se dispusiera de embalses suficientes se podría garantizar el suministro de agua en las cuencas hidrográficas deficitarias, lo que permitiría hacer frente a los costes de la modernización de los regadíos españoles.
Por ello desde FENACORE se ha pedido al Gobierno que se acelere el impulso a las obras que contempla el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y, principalmente, de las obras de regulación y trasvases que permitan combatir estos cambios en el clima.
Andrés del Campo considera que España no está preparada para afrontar el reto de los biocombustibles que plantea la nueva estrategia contra el cambio climático porque los cultivos energéticos que reciben ayudas tienen una escasa aceptación entre los agricultores por su baja rentabilidad.
En su opinión, España no dispone de suficientes superficies de cultivo de semillas oleaginosas y ricas en azúcares ni la tecnología industrial necesaria para mezclarlos con gasolina o gasóleo para cumplir el objetivo marcado por el documento ‘La Estrategia Española contra el Cambio Climático’.
El presidente de FENACORE se ha lamentado por el hecho de que este documento estratégico no contemple una valoración y cuantificación de la acción descontaminante de la agricultura de regadío sobre el medio ambiente.
‘¿Es racional que el que contamina pague y compre derechos de emisión y los que limpian de CO2 la atmósfera no sean debidamente compensados?’, se ha preguntado del Campo.