Debido a nuestras características climatológicas, los recursos naturales de la red hidrográfica peninsular susceptibles de atender una demanda de caudal uniforme con suficiente garantía de suministro, apenas llegarían al 8 % de los recursos naturales de la España. Y serian insuficientes para poder satisfacer una quinta parte de las demandas totales actuales. En el caso de demandas de régimen variable, como los regadíos, las disponibilidades garantizadas en régimen natural serían aún menores. Desde épocas remotas los planificadores hidráulicos resolvieron este problema mediante la regulación de los ríos con presas de embalse.
En la actualidad, gracias a las 1200 grandes presas y las varias decenas de millares de estructuras menores y balsas se regulan la mitad de los recursos naturales totales y se pueden satisfacer razonablemente las demandas, aún las variables, en la mayoría de los casos.
¿Cuál es la situación de la otra mitad del ciclo continental del agua, las aguas subterráneas? Es cierto que los acuíferos tienen una gran capacidad de regulación de forma natural, pero su explotación sin una planificación adecuada es causa de su agotamiento y deterioro de la calidad del agua. La solución, al igual que con las aguas fluviales, pasa por la planificación y su regulación, mediante la recarga artificial o más adecuadamente, para homogeneizar con la nomenclatura técnica internacional “Gestión de Recarga de Acuíferos” (GRA) o si se prefiere las siglas en ingles (MAR).
Antecedentes de la técnica es utilizada en España desde antiguo, al menos eran comunes en la cultura hispano-musulmana, como lo demuestran los “careos” de las Alpujarras o el sistema de “diques y boqueras” levantinos. Y con tecnología moderna se acumula experiencia en el delta del río Llobregat desde finales de los años 50 del siglo pasado.
No obstante la regulación de acuíferos en nuestro país no pasa de ser anecdótica, según datos de la publicación “La gestión de la recarga artificial de acuíferos en el marco del desarrollo sostenible”. Proyecto: DINA-MAR. TRAGSA. (2011), los equipamientos por comunidades autónomas es el siguiente:
Las cifras hablan por si solas e indican el grado de subdesarrollo hidrológico en los que se refiere a los recursos subterráneos de nuestro país, cuando en países más desarrollados, la MAR no solo se utiliza para regular recursos, sino también como procedimiento blando (sin añadir sustancias extrañas) en la potabilización del agua.
La tecnología utilizada en la MAR, es una tecnología madura, estando disponibles mas de veinte sistemas o dispositivos de recarga adaptados a las más complejas configuraciones geológicas, desde acuíferos libres superficiales a acuíferos multicapas profundos.
En lo que se conoce de los encallados Planes de demarcación, la MAR es prácticamente ignorada como instrumento de planificación y con esos mimbres se abordará al futuro Plan Hidrológico Nacional que presumiblemente será continuista del anterior.