Un informe solicitado por la Unidad de Carreteras señala que si los animales proliferan tanto junto a las autovías es porque hay «cultivos herbáceos» situados junto a sus madrigueras
E.F.
Si los conejos se comen la cosecha que usted ha sembrado, la solución es fácil: no siembre. Aunque parezca un mal chiste, Esto es lo que le ha contestado Fomento, en negro sobre blanco, a un agricultor albaceteño.
Jorge Navarro es el secretario general de Asaja en Albacete. Su finca se encuentra a mitad de camino entre Albacete y Chinchilla. Está muy cerca de uno de los principales nudos de comunicaciones de la provincia.
Desde que empezó la plaga de conejos, esta finca ha sido una de las más castigadas. Junto a los terraplenes que circundan las infraestructuras viarias, donde se refugian los animales, los campos de cultivo presentan enormes calvas. Ni un mal brote.
Este es el panorama al que Navarro se ha venido enfrentando desde finales de 1999. En 2007, ya pleiteó por primera vez con el Ministerio de Fomento, e incluso pasaron por su finca varios expertos de la Universidad de Córdoba, a petición del Gobierno central.
Durante el último año, el problema ha vuelto con más intensidad. Como antes, Navarro volvió a reclamar a Fomento. Y, esta vez, la Administración central, en vez de acudir a la Universidad de Córdoba, le pidió el informe a la empresa que mantiene las carreteras.
«Y cuando me contestan, me dicen que la culpa de que se coman los cultivos es mía -señala- porque si los conejos que hay en los terraplenes se comen los cultivos herbáceos, es porque hay cultivos herbáceos, vamos, que la culpa es mía y solo mía».
(Más información en la edición impresa)