El director de la Fundación Agua y Progreso, José Alberto Comos, ha destacado este jueves que «sin el trasvase Júcar-Turia, más de un millón y medio de habitantes de Valencia y su área metropolitana no tendrían agua para beber».
En su opinión, no se puede prescindir de ningún recurso al alcance del hombre, incluido los trasvases, ya que, la única solución posible a la escasez de agua es la suma de todas las posibles soluciones.
Comos ha realizado estas declaraciones durante su intervención en un taller del programa de educación ambiental ‘El agua: de dónde viene y adónde va’, impulsado por la Fundación Agua y Progreso, en el que han participado niños y niñas de quinto y sexto de Primaria del CEIP Gregori Mayans, de Mislata (Valencia), según ha informado la entidad.
Para el director de la Fundación, el trasvase Júcar-Turia es «vital» para la ciudad de Valencia y su área metropolitana, ya que, de cada cuatro litros que se beben en la capital, tres proceden del Júcar y tan sólo uno viene del Turia.
Por ello, considera que «los trasvases siguen siendo necesarios y estratégicos para el desarrollo de la Comunitat y no podemos prescindir de ellos, puesto que la desalación no está indicada para el regadío de la mayoría de cultivos, y tampoco puede llegar a zonas del interior».
En opinión de Comos, «se trata de conjugar todos los recursos a nuestro alcance y ver cuál es la mejor respuesta a cada problema concreto». Así, ha indicado que «no se puede pretender implantar una solución única con la instalación masiva de plantas desalinizadoras, porque hay que tener en cuenta que solo pueden abastecer a zonas costeras, además del terrible impacto ambiental que ocasionan y el elevado coste de producción que conllevan».
Durante su intervención, José Alberto Comos ha recordado que la Asamblea General de la ONU adoptó el pasado año una resolución que reconoce el agua potable como «un derecho humano básico» e insta a que «se garantice su disfrute» a todas las personas que carecen de acceso a ese elemento esencial para la vida.
Comos considera «necesario» inculcar en el aula valores de ahorro de agua y de consumo responsable, así como de respeto al medio ambiente, con el objetivo de que los niños «tomen conciencia de que se trata de un recurso limitado y transmitan a sus familiares y a su entorno esos mismos valores». Por ello, ha pedido a los alumnos que «colaboren en sus casas y no malgasten agua, la reutilicen en la medida de lo posible y, sobre todo, no contaminen».