La Administración central estudiará la situación de los acuíferos en los sistemas del Júcar y del Turia y emitirá informes mensuales en los que analizará la incidencia de las extracciones que se realicen en los acuíferos y pozos de sequía con el fin de establecer cuál es el grado de explotación sostenible.
Así lo anunció hoy el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, durante la firma de un convenio con el director del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), José Pedro Calvo Sorando, un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Educación y Ciencia.
El objetivo fundamental es controlar las extracciones que se realizan en los acuíferos, para lo que se instaurará un plan de vigilancia que controlará los niveles del agua en cerca de 70 puntos, así como la calidad de ese agua y las extracciones que se realicen en cada pozo.
Los datos obtenidos sobre el estado y evolución de los acuíferos contribuirán a la toma de decisiones de las Comisiones de la Sequía de la CHJ, que fueron creadas en diciembre de 2005 para asesorar sobre las actuaciones a realizar en ese ámbito.
Ese acuerdo, que cuenta con un presupuesto de 243.000 euros, amplía la colaboración que desde 2005 mantenían ambas entidades públicas e introduce dos modificaciones: los estudios no sólo se referirán al Júcar, sino también al Turia; y la denominación de ‘unidades hidrogeológicas’ se sustituye por la de ‘masas de agua’.
Ese cambio de terminología supone una adaptación a la Directiva Marco relativa al agua y, con ello, un aumento de las unidades de estudio, ya que las 52 unidades hidrogeológicas anteriores se desglosan en 79 masas de agua subterráneas.
Las áreas de control son las unidades hidrogeológicas de Liria-Casinos, Buñol-Cheste, Plana de Valencia Norte, Plana de Valencia Sur y Caroch Norte, aunque el estudio también se extenderá a los ‘ullals’ de la Albufera.
Los recursos que administra la CHJ suman un total de 3.200 hectómetros cúbicos entre aguas superficiales y subterráneas, de los que en torno al 75 por ciento o están en los acuíferos o han pasado por ellos y han llegado a los ríos.
De esos recursos subterráneos, en la pasada campaña se extrajeron 38,7 hectómetros cúbicos de agua en la cuenca del Júcar, mientras que este año la CHJ ha autorizado hasta 85 hectómetros cúbicos de ese río, aunque las lluvias de marzo y abril han permitido que, hasta el 15 de junio, sólo se hayan extraído cerca de seis.
El Júcar se encuentra aún en una situación de emergencia y saldrá de ella cuando los últimos indicadores, que ya no son de emergencia, se estabilicen y se mantengan durante varios meses, según explicó Moragues.
En cambio, la situación del río Turia es de alerta, y para esta zona el organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente prevé autorizar la extracción de hasta cinco o seis hectómetros cúbicos en esta campaña.
Moragues señaló que el incremento de las extracciones refleja la mejora en esas cuencas y permitirá aliviar la situación de sequedad en el campo valenciano.