Albacete volverá a beber agua de los pozos como muy tarde en un par de meses si la lluvia no lo remedia. Ya hace semanas que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, anunció que pediría al Ayuntamiento de la capital la reapertura de los pozos, aunque fue este lunes cuando trasladó formalmente la petición al consistorio.
Y lo hizo en persona. Moragues se reunió con la nueva alcaldesa, Carmen Oliver, y después con las portavoces de la oposición, -Carmen Bayod por el PP y Rosario Gualda por IU-, para informarles de la «grave situación de emergencia» en la que se encuentra el río Júcar y, en concreto, el pantano de Alarcón.
La alcaldesa explicó ayer en rueda de prensa que accedió a abrir los pozos, aunque le exigió al presidente de la Confederación que antes de que los albaceteños vuelvan a beber agua del acuífero, no sólo tendría que tener la «garantía sanitaria» de que el agua no presenta ningún problema, sino que además debía tener un «plus de calidad».
Para conseguir esa mayor calidad, el Ayuntamiento exigió al organismo de cuenca que instale un filtro de carbono, una obra de emergencia que proyectará y costeará íntegramente la Confederación Hidrográfica del Júcar. Oliver aseguró que el presidente de la Confederación se comprometió a que mientras este filtro de carbono no esté instalado y en funcionamiento, la ciudad seguirá bebiendo agua sólo del Júcar y no se reabrirán los pozos. Y, además, mantuvo que la ciudad sólo volvería a beber agua del acuífero «si llegado el momento fuese necesario y durante el tiempo que resulte imprescindible». No obstante, la alcaldesa admitió que de continuar la situación de sequía actual, en cuanto esté instalado este filtro «que es una obra sencilla, que no llevará más de uno o dos meses», es posible que llegue el momento de volver a beber agua de los pozos. Es decir, que ni siquiera se esperaría al verano.
El filtro
Este extremo fue confirmado por el propio presidente de la Confederación, que explicó a La Verdad que una vez instalado el filtro y realizados los oportunos análisis que corroboren la calidad del agua, comenzarán a utilizarse los pozos «porque lo que extraigamos es agua que se queda en Alarcón». Sin perder un minuto, ayer mismo Moragues encargó a los técnicos de la Confederación que empiecen a estudiar cómo habría que instalar este filtro «que es una solución correcta para no tener problemas de calidad», opinó. Este tipo de filtros permiten «eliminar restos de usos agrícolas», entre otras funciones.
En todo caso, Moragues explicó que el abastecimiento no se hará exclusivamente con agua de los pozos, sino que como ya ocurriese hace dos años, se optará por mezclarla con agua del Júcar «es lo más apropiado, porque así se mantienen en uso las dos infraestructuras de abastecimiento y no se varían las características organolépticas del agua».
La ciudad de Albacete se abasteció de pozos hasta que el 7 de abril de 2003, entró en funcionamiento la obra de abastecimiento desde el Júcar. La sequía, sin embargo, ya obligó a reabrir los pozos el 23 de febrero de 2006 y se mantuvieron operativos hasta mayo de 2007 cuando las lluvías dieron una tregua al Júcar y posibilitaron que la capital volviese a beber sólo aguas superficiales.