El comisario echa de la mesa al director general del Agua de Murcia, tras las quejas de Castilla-La Mancha, cuando se iba a discutir la nueva planificación de esa cuenca El consejero Cerdá destaca la «gravedad» del incidente y manda una carta de protesta
Es otra muestra de las deterioradas relaciones que existen entre los gobiernos de Murcia y de Castilla-La Mancha en materia de agua, acentuada ahora por el conflicto del trasvase a Barcelona. El director general del Agua de Murcia, Miguel Ángel Ródenas, ha denunciado que fue expulsado ayer de la reunión convocada en la sede de la Confederación Hidrográfica del Tajo, en Madrid, para participar en la planificación del nuevo plan de cuenca de este río.
El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, ha enviado una carta de protesta al presidente de dicha confederación para exigirle explicaciones, toda vez que la participación del Gobierno de Murcia en esta reunión había sido aceptada por carta el pasado 16 de abril. La planificación de la cuenca del Tajo para los próximos años es de suma importancia para los intereses de la Región de Murcia, ya que incide directamente en el Trasvase Tajo-Segura y los caudales que se pueden enviar en el futuro para la población y los regadíos.
Primero, sí; luego, no
Tanto Ródenas como Antonio Cerdá achacan al director general del Agua de Castilla-La Mancha la expulsión del representante murciano de dicha reunión, ayer por la mañana. Según relató Ródenas, al representante castellano manchego no le gustó que hubiera un alto cargo murciano en dicha reunión, por lo que pidió explicaciones sobre los criterios para constituir y convocar la mesa sectorial donde están representadas las comunidades autónomas. El director del Agua de Castilla-La Mancha calificó de «oscuro y opaco» el proceso de participación pública.
Acto seguido abandonó la sala y minutos después entró el comisario de aguas de la Confederación del Tajo para comunicarle al representante murciano que debía marcharse, «invitándole a abandonar la mesa». El comisario le dijo a Ródenas que no podía participar en esa mesa de trabajo, que lo sentía y que había recibido instrucciones del presidente de la Confederación del Tajo, José María Macías, que en esos momentos estaba asistiendo a la toma de posesión del secretario de Estado de Agua, Jospe Puxeu.
El consejero Cerdá considera los hechos «graves», y así se lo ha hecho saber al presidente del Tajo en una carta que le envió ayer tarde. Le recuerda que el Gobierno murciano solicitó en noviembre del año pasado su participación en el proceso de planificación del nuevo plan de cuenca del Tajo, «dado el evidente y legítimo interés» de la sociedad murciana, los municipios abastecidos por la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y los agricultores del Acueducto Tajo-Segura.
El 16 de abril, la Confederación del Tajo y la empresa de consultoría encargada de los trabajos accedieron a esta petición. Por esta razón, Cerdá no entiende los motivos de la expulsión, que considera que van «en contra de los criterios de consenso, buen talante y participación pública». En su carta, el consejero traslada «la protesta» del Gobierno murciano y exige con urgencia una explicación sobre la razones de la expulsión. Al mismo tiempo, reitera la petición del Ejecutivo regional para participar el todo el proceso de planificación de la Demarcación del Tajo, en cumplimiento de las normas nacionales y de la UE, «dada la extraordinaria importancia que esta cuestión tiene para el futuro de Murcia».
Miguel Ángel Ródenas explicó por su parte que acudió a la reunión para exponer las ideas y opiniones sobre el trasvase Tajo-Segura, «pieza fundamental del sistema de abastecimiento de agua potable y de la base económica de la Región, con especial incidencia en nuestros regadíos».
Como se sabe, el Gobierno y los partidos políticos de Castilla-La Mancha, incluido el PP, están unidos para exigir que este acueducto finalice en el año 2015.
Ródenas calificó de «paradoja» que en una reunión de participación activa se trate de excluir. «Al Gobierno socialista de Castilla-La Mancha no le interesa el agua, sino sólo hacer política con ella, porque no han querido escuchar la opinión de Murcia. Están practicando una política en negativo. Por un lado niegan el agua al Segura, y por otro, la legitimidad y la realidad del trasvase, y sin proponer solución», señaló ayer. «Tienen una política mezquina y destructiva. Crean conflictos en lugar de sumar esfuerzos para resolver sus propias necesidades». Añadió que «tanto esta actitud, como el decreto del trasvase del Ebro a Barcelona, descubre el verdadero talante del Gobierno socialista, que cuando algo molesta se elimina, y cuando interesa se hace por decreto».
El martes, los regantes
El conflicto generado ayer pasará otro examen el martes próximo, ya que los regantes murcianos y alicantinos del Tajo-Segura han sido convocados a otra reunión en la Confederación Hidrográfica del Tajo con vistas también a su planificación, en la que piensan defender la continuidad del acueducto.
El Sindicato considera esta reunión «un hito histórico», ya que consideran que tendrán por vez primera voz en la planificación de esta cuenca.