Los regantes alicantinos lamentan que sufren «el síndrome del hermano pequeño»por la urgencia para salvar la vigencia del primer trasvaseLos regantes alicantinos lamentan que sufren «el síndrome del hermano pequeño»por la urgencia para salvar la vigencia del primer trasvase
La cuestión hídrica sigue siendo uno de los grandes asuntos pendientes de resolver en la Comunidad. A pesar de que el pasado año hidrológico, especialmente húmedo, ha dado un respiro a las reservas de agua en la región –aunque los embalses de Alicante y Valencia siguen por debajo del 50% de su capacidad-, el periodo que comenzó el pasado 1 de octubre se antoja clave para desbloquear los dos principales frentes: el trasvase Tajo-Segura y el Júcar-Vinalopó.
Sin embargo, todos los esfuerzos del Consell y los regantes se centran en estos momentos en salvar la transferencia al Segura, y evitar que la entrada en vigor del plan de cuenca del Tajo (prevista para diciembre) pueda poner en entredicho una infraestructura con 35 años de historia de la que dependen 100.000 empleos (entre directos e indirectos) en el sector agroalimentario, según el último informe de PricewaterhouseCoopers. Esta concentración de esfuerzos ha dejado en un segundo plano la negociación para hacer viable el trasvase Júcar-Vinalopó, terminado en 2011 y que todavía no tiene usuarios.
Como ha venido contando ABC, la mesa técnica formada por técnicos de la Administración, expertos y regantes trabaja contrarreloj para sacar adelante el memorándum que debe blindar la transferencia a pesar del aumento de la reserva en los embalses de cabecera, con la intención de que esté lista a mediados de octubre. Mientras, el Júcar-Vinalopó y la búsqueda de un consenso entre los usuarios de Valencia y Alicante que permita reconducir el trasvase han quedado aparcados.
Desde la Junta Central de Usuarios del Vinalopó-Alacantí (que agrupa a los potenciales beneficiarios del trasvase) lamentan que están sufriendo «el síndrome del hermano pequeño». La urgencia por salvar el Tajo-Segura ha postergado «sine die» la resolución de un conflicto que, en el caso del Vinalopó, se remonta al año 2005, cuando la exministra socialista Cristina Narbona modificó unilateralmente el trazado del trasvase para llevar la toma al azud de la Marquesa, en Cullera.
Con el cambio de Gobierno en 2011, se abrió la puerta a la negociación para retomar la conexión original, en Cortes de Pallás (donde el caudal tiene una calidad sensiblemente superior a la desembocadura del río), e incluso la sociedad estatal Acuamed se comprometió a abrir los contactos con los regantes a finales del año pasado, tal como desveló ABC en su momento. Sin embargo, las dificultades para sacar adelante el plan de cuenca del Júcar, obsoleto desde 2009 –y que se ha revelado como el más complejo de todos los aprobados este año por el Ministerio–, bloq
Mediados de 2014
El plan vio la luz finalmente el pasado mes de agosto (estaba previsto para junio), y su redacción permite plantear la vuelta al trazado original o, al menos, diseñar una toma intermedia –otra de las posibilidades que han puesto sobre la mesa los regantes alicantinos- para satisfacer las expectativas de los usuarios del Vinalopó. Con todo, parece poco probable que la necesaria negociación haya culminado con éxito a mediados de 2014, cuando se calcula que se habrán consumido las reservas obtenidas este año merced a las lluvias y al reparto del agua embalsada en Villena.
La cuestión hídrica sigue siendo uno de los grandes asuntos pendientes de resolver en la Comunidad. A pesar de que el pasado año hidrológico, especialmente húmedo, ha dado un respiro a las reservas de agua en la región –aunque los embalses de Alicante y Valencia siguen por debajo del 50% de su capacidad-, el periodo que comenzó el pasado 1 de octubre se antoja clave para desbloquear los dos principales frentes: el trasvase Tajo-Segura y el Júcar-Vinalopó.
Sin embargo, todos los esfuerzos del Consell y los regantes se centran en estos momentos en salvar la transferencia al Segura, y evitar que la entrada en vigor del plan de cuenca del Tajo (prevista para diciembre) pueda poner en entredicho una infraestructura con 35 años de historia de la que dependen 100.000 empleos (entre directos e indirectos) en el sector agroalimentario, según el último informe de PricewaterhouseCoopers. Esta concentración de esfuerzos ha dejado en un segundo plano la negociación para hacer viable el trasvase Júcar-Vinalopó, terminado en 2011 y que todavía no tiene usuarios.
Como ha venido contando ABC, la mesa técnica formada por técnicos de la Administración, expertos y regantes trabaja contrarreloj para sacar adelante el memorándum que debe blindar la transferencia a pesar del aumento de la reserva en los embalses de cabecera, con la intención de que esté lista a mediados de octubre. Mientras, el Júcar-Vinalopó y la búsqueda de un consenso entre los usuarios de Valencia y Alicante que permita reconducir el trasvase han quedado aparcados.
Desde la Junta Central de Usuarios del Vinalopó-Alacantí (que agrupa a los potenciales beneficiarios del trasvase) lamentan que están sufriendo «el síndrome del hermano pequeño». La urgencia por salvar el Tajo-Segura ha postergado «sine die» la resolución de un conflicto que, en el caso del Vinalopó, se remonta al año 2005, cuando la exministra socialista Cristina Narbona modificó unilateralmente el trazado del trasvase para llevar la toma al azud de la Marquesa, en Cullera.
Con el cambio de Gobierno en 2011, se abrió la puerta a la negociación para retomar la conexión original, en Cortes de Pallás (donde el caudal tiene una calidad sensiblemente superior a la desembocadura del río), e incluso la sociedad estatal Acuamed se comprometió a abrir los contactos con los regantes a finales del año pasado, tal como desveló ABC en su momento. Sin embargo, las dificultades para sacar adelante el plan de cuenca del Júcar, obsoleto desde 2009 –y que se ha revelado como el más complejo de todos los aprobados este año por el Ministerio–, bloquearon las negociaciones.
Mediados de 2014
El plan vio la luz finalmente el pasado mes de agosto (estaba previsto para junio), y su redacción permite plantear la vuelta al trazado original o, al menos, diseñar una toma intermedia –otra de las posibilidades que han puesto sobre la mesa los regantes alicantinos- para satisfacer las expectativas de los usuarios del Vinalopó. Con todo, parece poco probable que la necesaria negociación haya culminado con éxito a mediados de 2014, cuando se calcula que se habrán consumido las reservas obtenidas este año merced a las lluvias y al reparto del agua embalsada en Villena.
enlace a noticia original: http://www.abc.es/comunidad-valencia/20131010/abcp-defensa-tajo-segura-aplaza-20131010.html