La Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó logró ayer convencer al Gobierno de que el agua del Júcar que se quiere trasvasar a la provincia tiene un problema de calidad, pero no logró que el Ministerio de Medio Ambiente pusiera sobre la mesa una solución para que la canalización pueda inaugurarse en 2011. Este fue el resultado de la primera reunión en la que sentaban juntos Ministerio, Confederación del Júcar, usuarios alicantinos y los regantes de la cuenca cedente. Éstos estuvieron representados, entre otros, por Valero de Palma secretario general de Usuj y José Fortea, representante de los regantes de Sueca. Como anfitriona Marta Morén, directora general del Agua, quien admitió que faltan flecos por cerrar y, en concreto, la calidad del agua y el precio.
En el encuentro celebrado en la sede del Ministerio en Madrid no faltaron los análisis revelados la semana pasada por este periódico, en base a los propios datos oficiales de la CHJ, que revelan que en el agua que se quiere bombear a la provincia desde Cullera hay pesticidas y coliformes, lo que la hacen inviable en estos momentos para el consumo urbano al no ser potable, según admitieron los representantes del Gobierno. No hubo soluciones pero sí predisposición al diálogo para buscar una solución. Andrés Martínez, presidente de la Junta Central reiteró que «queremos un agua de calidad y precio asequible y ésta está en el Azud de Antella, desde donde riegan el 90% de los agricultores de la Ribera del Júcar».
El Ministerio de Medio Ambiente ha comenzado a bombear agua del Júcar a la balsa de San Diego, embalse regulador de las aguas que lleguen desde el Azud de la Marques a Villena a través del trasvase. La entrada de caudal en la balsa supone un paso más en el final de las infraestructura técnica pero no la solución final.