El conseller de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, ha anunciado hoy que la Generalitat adquirirá derechos a los regantes para ‘equilibrar’ el caudal del río Ebro en la parte del Delta, una vez se transfiera el agua sobrante del ‘minitrasvase’ de Tarragona al área metropolitana de Barcelona.
Baltasar ha explicado en rueda de prensa que su departamento ya ha iniciado las negociaciones con algunas comunidades de regantes de la cuenca para establecer una compensación por la compra de sus derechos, bien sea económicamente o mediante la ejecución de infraestructuras que permitan mejorar el regadío y sus condiciones de trabajo.
El objetivo del departamento es comprar a los diferentes regantes de toda la cuenca del Ebro, no sólo de los del Delta, unos 40 hectómetros cúbicos de agua, que es la cantidad aproximada que se transferirá a Barcelona, para evitar que se ‘resienta’ el caudal del río cuando se capten los recursos destinados al área metropolitana.
El conseller ha recordado que la prolongación del ‘minitrasvase’ desde Tarragona hasta Olerdola (Barcelona) será declarada ‘obra de interés general’ tras la aprobación, por parte del Gobierno central, del real decreto de ley que autorizará el proyecto, lo que significa que éste podría llevarse a cabo sin llegar necesariamente a un acuerdo con los regantes.
‘De la misma manera que se expropian terrenos, se podrían expropiar derechos de agua, pero este no es el objetivo’, ha subrayado el conseller, que está dispuesto a ‘dejar abiertas al máximo todas las puertas’ para intentar llegar a acuerdos con los regantes.
Baltasar, que desde un principio había defendido el trasvase del Segre a Barcelona como mejor opción para solventar la escasez de agua en la región metropolitana, ha dicho hoy que la prolongación del ‘minitrasvase’ es ‘una buena solución’ y se ha mostrado convencido de que las obras estarán listas en octubre, a tiempo para evitar los cortes en el suministro doméstico.
Pero para que los trabajos estén listos en un plazo de unos cinco meses -la Generalitat había fijado inicialmente en 21 meses el tiempo de ejecución de la obra-, Baltasar ha indicado que serán necesarios tres turnos de trabajo, y un cuarto el fin de semana, y la utilización de técnicas muy avanzadas y materiales muy específicos para instalar los 62 kilómetros de tubería que conectarán las redes Aguas Ter-Llobregat (ATLL) y Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT).
Una comisión mixta, formada por representantes de los gobiernos central y catalán, realizará el seguimiento de esta actuación y de las condiciones de ejecución y contratación.
Baltasar ha querido subrayar que esta obra ‘no tiene nada que ver’ con la interconexión de cuencas prevista en el Plan Hidrológico Nacional, ya que se trata de un proyecto ‘con fecha de caducidad’ que tiene además diferente trazado, ancho de tuberías y volumen de agua transferido.
El conseller, por otro lado, ha expresado su satisfacción por las lluvias que han caído en los últimos días en Cataluña y que han permitido, por primera vez en el último año, aumentar el nivel de los embalses de las cuencas internas, que están hoy al 21,7 por ciento de su capacidad máxima, más de un punto por encima que hace sólo dos semanas.