España afronta el semestre más seco de los últimos 60 años. Las precipitaciones recogidas en los últimos meses apenas llegan a la mitad de la media de los últimos años y el Ministerio de Medio Ambiente ha empezado a enviar mensajes que aconsejan moderación en el consumo para evitar cortes en el abastecimiento.
Y el primer destinatario de ese mensaje son los regantes, que representan el 66,3% del consumo. En España se gastan al año más de 20.000 hectómetros cúbicos de agua, de los que 16.000 van a las explotaciones agrícolas y 4.000 para consumo urbano, según la última estadística del INE. De los cultivos, los que más agua requieren son los herbáceos de regadío, como maíz, girasol o alfalfa, que consumen 7.600 hectómetros cúbicos.
Por este motivo, Medio Ambiente quiere que se reduzca el consumo de agua en los regadíos, mientras que los regantes piden que se inicien cuanto antes obras de ampliación de los embalses que aseguren la oferta en una coyuntura de sequía, que seguramente se repetirá con frecuencia en el futuro.
El departamento dirigido por Cristina Narbona no comparte este criterio y considera que con el Plan de Choque de Regadíos, que ha recibido una inversión de 2.000 millones de euros en dos años, ya ha hecho su parte de los deberes. Con ese plan prevé conseguir a medio plazo unos ahorros de 1.200 hectómetros cúbicos al año (el 7,5% del total de regantes). Sin embargo, esa cifra se antoja insuficiente porque la demanda de agua se ha disparado en los últimos años, en especial en los grandes núcleos urbanos, y el ahorro logrado en los regadíos no servirá seguramente para compensar esa mayor demanda.
Por su parte, los regantes abogan por aumentar un 30% la capacidad actual de los embalses (desde los actuales 53.000 hasta los 70.000 hectómetros cúbicos) y que el esfuerzo también se traslade al abastecimiento urbano, que es el más costoso y el que más pérdidas registra en las redes de distribución. Extraer, depurar y trasladar el agua en España tiene un coste para las administraciones de 6.330 millones de euros, de los que 5.000 corresponden a las ciudades urbanos y 1.330 a los regadíos.
Pese a que las cifras parecen demostrar la mayor eficiencia del regadío, Medio Ambiente ya ha avanzado a los agricultores su intención de que vayan utilizando progresivamente las aguas procedentes de la depuración o la desalación para regar sus explotaciones, mientras que las aguas superficiales o de acuíferos quedarán reservadas para el abastecimiento urbano.
El presidente de la Federación Nacional de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, se muestra dispuesto a cumplir esta condición, pero considera que el Ministerio debe dar un paso más para garantizar el agua a largo plazo. ‘Los agricultores que se están hipotecando a 50 años reclaman disponer de agua garantizada para amortizar esas costosas inversiones, porque no pueden regar un año sí y tres no ‘, apunta.
Narbona no cierra la puerta a trasvases ‘puntuales’
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no cierra la puerta a futuros trasvases a cuencas deficitarias, aunque insiste en que es la última opción que maneja su departamento para garantizar el abastecimiento. ‘No tenemos actitudes fundamentalistas respecto a los trasvases. Ya hemos realizado algunos puntuales a la Cuenca del Segura, siempre teniendo en cuenta el impacto social y económico del mismo’, aseguró recientemente en una jornada sobre agua, organizada por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).
Frente a las críticas vertidas desde la Comunidad Valenciana por el retraso de las obras para garantizar el abastecimiento de agua, Narbona reconoce que este ha tenido un fuerte componente político. Así afirma que la Comunidad Valenciana frenó obras por valor de 100 millones de euros, que ya estaban licitadas por Acuamed (sociedad estatal dependiente del Ministerio de Medio Ambiente) y que esas mismas obras finalmente se van a ejecutar con dinero de los presupuestos regionales. ‘La obra va a salir más cara y además se han perdido fondos europeos comprometidos en las mismas’, afirma.
Sobre la posibilidad de aprobar medidas urgentes para zonas especialmente afectadas por la sequía (Cataluña podría recibir agua de la desaladora de Carboneras en Almería), Narbona asegura que ese caso está en estudio todavía, aunque insiste en que si es necesario, ‘se aportará agua desde la planta de Carboneras’. No se muestra, sin embargo, tan favorable ante la posibilidad de que se apruebe un trasvase desde el río Ródano (Francia) hacia Cataluña. ‘El trasvase del Ródano es más caro que todo el paquete de medidas aprobado por la Generalitat y no es la panacea, tal y como algunos promulgan’, puntualiza.