Con la participación de cerca de una cuarentena de expertos procedentes de once países, Barcelona ha acogido su primer congreso mundial sobre gestión sostenible del agua en el que se ha discutido y debatido sobre la necesidad de crear un marco general para la gestión integrada de cada una de las cuencas hidrográficas, así como su seguimiento independiente. Entre las conclusiones a las que se ha llegado en este encuentro, destaca la que ha difundido el organizador del evento, el miembro de la Cátedra Unesco de Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña, Alex Pires, quien afirma que España tiene un índice de explotación hídrico del 41,3 por ciento, aunque existen grandes desigualdades entre la España seca y la húmeda. Con este porcentaje de explotación de los recursos hídricos lo que el experto deja de manifiesto es que se están agotando las reservas porque se utiliza más agua de la que cae en forma de precipitaciones. A lo que habría que añadir que este mayor consumo con una menor reposición de agua tiene lugar más en unas provincias o regiones que otras. Para comprobar la certeza de esta afirmación no hay más que mirar un par de años atrás para recordar que las cuencas de las que se abastece Castilla-La Mancha están cada vez en peor situación. La cuenca del Tajo se ve mermada año tras años de sus recursos por un trasvase que ya ha perdido vigencia. De los embalses de cabecera de dicho río, en las provincias de Guadalajara y Cuenca, y cuyos recursos deberían de servir para abastecer a numerosos núcleos y lugares de nuestra región, parte el trasvase Tajo-Segura que, deja sin agua a los castellano-manchegos para regar los cultivos del Levante y propiciar el desarrollo de grandes complejos turísticos con campos de golf incluidos en dicha región.
El experto sobre recursos hídricos apunta a que la alternativa a los trasvases que se proyectan para atender usos no prioritarios o que no se preocupan por cómo quedará la calidad y la ecología del río donante -lo que claramente ocurre con el trasvase Tajo-Segura, según nuestra firme opinión- puede ser la construcción de desaladoras, aunque necesitan de una gran energía. En general, y como medida más adecuada para el ahorro de agua, Alex Pires apuesta por una gestión sostenible del agua mediante su reutilización y, en la medida de lo posible, depurarla con el mínimo gasto posible de energía o productos químicos. Deben de ser por estas líneas por las que se camine en el futuro para mitigar la sobreexplotación que están sufriendo los recursos hídricos, tan necesarios e imprescindibles ya no sólo para el desarrollo de un pueblo, sino que para la vida misma.