El consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda de Castilla-La Mancha, Julián Sánchez Pingarrón, manifestó ayer que en la Legislatura que comienza se acometerán las obras necesarias para aprovechar el agua en la región, por lo que el final del trasvase Tajo-Segura no vendrá sólo por la ley, sino por el uso que la Comunidad hará del agua.
Sánchez Pingarrón explicó en declaraciones a Efe que, además de la acción política que conlleva defender la caducidad del trasvase en 2015 incluida en el Estatuto, la Legislatura será «fundamental», porque en ella se harán las obras para que el agua que ahora se envía a Levante se utilice para el desarrollo de la Comunidad.
Recordó también que Castilla-La Mancha, como cuenca cedente, tiene prioridad por ley sobre el uso del agua del Tajo, por lo que, si no hay excedentes hídricos, no habrá trasvase. En este contexto, cobra especial relevancia la Agencia Regional del Agua, que se creará en los próximos meses, y que será «una verdadera administración hidráulica» que controlará, gestionará y dará prioridad a los recursos hidráulicos sobre los que la región tenga competencia.
El consejero subrayó que los próximos cuatro años serán claves en el aprovechamiento del agua como recurso fundamental para el desarrollo de la Comunidad, y puso como ejemplo la ejecución de las obras de la tubería a la llanura manchega, que supondrá una inversión de 500 millones de euros para transportar el agua desde el Tajo hasta La Mancha.