El invierno ha sido extremadamente seco en la Comunitat Valenciana, con registros de precipitación tan bajos que no se alcanzaban desde 1994, el año en el que se fraguó la gran sequía que dejó sin agua los embalses de Contreras y Alarcón-de donde fue necesario extraer los peces- y en el que los incendios forestales arrasaron más de 100.000 hectáreas de monte.
Según el avance climatológico del invierno climático elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el periodo de diciembre a enero ha sido «muy seco» – el quinto más seco de los últimos 41 años-y térmicamente normal en la Comunitat Valenciana.
José Ángel Núñez Mora, jefe de la sección de Climatología, explicó que la precipitación media ha sido de 53 litros por metro cuadrado, que es un 56% inferior a la que se considera normal.
Estos datos situan al invierno pasado como el más seco desde el invierno 1994-1995.
Solamente en zonas del interior de Valencia y en algunas localidades de la Marina Alta se han registrado lluvias acumuladas superiores a 100 l/m2, mientras que en el 25% del territorio la precipitación ha sido inferior a 40 l/m2.
En el interior norte de Castelló y en comarcas prelitorales de Valencia, el déficit acumulado supera el 75% y en tres cuartas partes del territorio la lluvia acumulada «no llegó ni a lo que se considera normal».
El trimestre, según Aemet, ha sido «muy seco» en el 42% del territorio, «seco» en el 45%, «normal» en el 12% y «húmedo» solo en un 1%.
A consecuencia del déficit de precipitaciones, la Confederación Hidrográfica del Júcar se había visto obligada a liberar caudales embalsados en el Júcar para atender algunas demandas de regadío en la Ribera.
¿Cambio de ciclo?
Jose Ángel Núñez destacó ayer que en marzo se ha roto la tendencia del «otoño seco y del invierno muy seco», y en lo que llevamos de mes, hasta el día 22, en el promedio de la Comunidad, la lluvia de marzo es superior al acumulado en los 4 meses anteriores.
Además, la jornada de ayer fue muy lluviosa, con más de 154 litros por metro cuadrado recogidos en la Vall de Gallinera seguidos de 144 en Adsubia.
En Pego, las trombas de agua provocaron el desbordamiento de varios barrancos, que llegaron a cortar dos carreteras de acceso a la población. Varios caminos de Dènia tuvieron que ser cortados por la crecida de los cauces y Calp volvió a sufrir las ya «clásicas» inundaciones en la Avenida del Ejército Español.
En el interior de Valencia las precipitaciones fueron más moderadas aunque en los municipios situados en las sierras prelitorales se superaron en muchos casos los 40 litros por metro cuadrado.
La jornada lluviosa estuvo acompañada de un fuerte viento de Levante, que reventó centenares de paraguas por toda la Comunitat Valenciana.
Utiel con 76 y Dènia, con 71 kilómetros hora, registraron la rachas más intensas de viento, que golpeó también con fuerza a Valencia, con 67 km/hora medidos en una estación privada de la calle Caravaca. En Alicante hubo rachas que superaron también los 50 kilómetros hora.