El pasado martes, mientras el temporal meteorológico que azotaba la Península empezaba a ceder y el temporal mediático del agua arreciaba entre Castilla-La Mancha y el Levante, una delegación de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (Jcrmo) llamaba a la puerta de la Dirección General de Medio Ambiente de la Unión Europea, en Bruselas.
Encabezados por su presidente, Francisco Belmonte, los regantes se entrevistaron con el director general, el alemán Karl Friedrich Falkenberg, y el jefe de la Unidad del Agua de la DG, el danés Peter Gammeltof. El encuentro fue posible gracias a gestiones realizadas desde la Consejería de Ordenación del Territorio, así como por la Oficina de Castilla-La Mancha en la capital comunitaria.
Desde la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental se explicaba ayer que los mensajes que se querían hacer llegar a la Comisión Europea eran pocos y sencillos: «Primero, que antes de tomar una decisión que afecte a un río, hay que escuchar a todas las partes, y no a una sola; segundo, que las reglas y la vara de medir deben ser iguales para trevistaron con el director general, el alemán Karl Friedrich Falkenberg, y el jefe de la Unidad del Agua de la DG, el danés Peter Gammeltof. El encuentro fue posible gracias a gestiones realizadas desde la Consejería de Ordenación del Territorio, así como por la Oficina de Castilla-La Mancha en la capital comunitaria.
Desde la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental se explicaba ayer que los mensajes que se querían hacer llegar a la Comisión Europea eran pocos y sencillos: «Primero, que antes de tomar una decisión que afecte a un río, hay que escuchar a todas las partes, y no a una sola; segundo, que las reglas y la vara de medir deben ser iguales para todos y, tercero, queríamos saber cuál es el papel real de Europa en todas las polémicas en torno al Júcar».
Las mismas fuentes de la Jcrmo aclararon que «nosotros no íbamos a vender nada, sino a abrir un canal de comunicación directo con ellos, pues en el tema del agua, tienen un gran interés en saber el punto de vista de los usuarios».
Aunque al encuentro asistieron otros integrantes de la Junta Directiva de la Jcrmo, como Herminio Molina o Francisco Rodríguez, la voz cantante del encuentro la llevó el presidente, Francisco Belmonte.
Todas las partes. Belmonte comenzó su intervención con una exposición de la historia de la Jcrmo, de la gestión del agua en la Mancha Oriental y de lo que se hace en esta parte del Júcar para mantener, al mismo tiempo, al río y al acuífero.
«En lo tocante al Júcar, habíamos apreciado un gran desequilibrio -indicó- pues los que han ido a Bruselas desde Valencia son legión; sin embargo, la voz de 9.500 usuarios del Júcar medio aún no se había hecho oír y, tras más de una década de gestión, teníamos derecho a hacernos escuchar».
Así, los miembros de la DG de Medio Ambiente pudieron conocer, de primera mano, el modelo de gestión de la Mancha Oriental, basado en la implicación de los usuarios en la misma, o la existencia de la sentencia del Supremo de octubre de 2004, que estableció qué es y qué no es el Júcar.
Las mismas reglas. «Por encima de todo, lo que queríamos hacerles ver es que no tenemos ni cuernos, ni rabo -explicó- y que los problemas del río no se van a arreglar diciendo que todos los males del río proceden de la Mancha Oriental, aquí hay sitio para todos pero, para que lo haya, debe haber las mismas reglas para todo el mundo».
En este sentido, desde la Jcrmo se les explicó que no se le puede exigir una cosa a la Mancha Oriental, otra a la Albufera y otra al Turia, al Palancia, al Mijares o al Vinalopó. Pues, para la Jcrmo, no es de recibo que haya acuíferos claramente sobreexplotados en otras zonas de la cuenca, para los que se quiere trasvasar agua, o aguas con elevados niveles de contaminación, incluso en zonas Ramsar, y haya que pasar por alto esas situaciones, o arreglarlas a costa de sólo una de las partes, la Mancha Oriental.
«Nosotros sólo reconocemos un solo marco, que es el de la Directiva Marco del Agua de la UE, la Ley de Aguas española y los tribunales españoles -afirmó Belmonte- lo que no puede ser es que nosotros cumplamos con la normativa vigente, mientras en otras zonas de la cuenca se cumple con ella cuando conviene y, cuando no, nos aferramos a los fueros de Jaime I de Aragón».
El papel de la ue. Por su parte, los representantes de la DG de Medio Ambiente les aclararon cuál es el papel de la UE en el Plan del Júcar y en todos los demás.
«Ahí si fueron muy claros, ellos marcan unas normas, pero la responsabilidad de negociar un plan, de garantizar el cumplimiento de los planes, leyes y sentencias recae sobre los estados nacionales», dijo el presidente de la Jcrmo.
En este punto, los miembros de la Junta Directiva de la Jcrmo agradecieron la aclaración «porque quedó bien claro cuál es el terreno de juego, esto es, el que siempre hemos tenido, el nacional, y que la pelota está, en estos momentos, en el tejado del Gobierno».
No obstante, y por encima de todo, «lo que nos dio mucha tranquilidad es haber abierto una vía de comunicación para que, en lo sucesivo, se nos tenga en cuenta antes de tomar decisiones que nos afecten».
En este sentido, se puso como ejemplo la batería de condicionantes medioambientales que Bruselas impuso para financiar el trasvase Júcar-Vinalopó en 2006 y que, entre otras cosas, hablaban de un plan de recuperación del acuífero de la Mancha Oriental «y de cuyo contenido detallado nos enteramos con el golpe, no se puede gestionar, ni tampoco gobernar, sin tener cuenta a todas las partes; al menos, eso en Bruselas lo tienen claro».