Los signos de una incipiente sequía se multiplican a pesar del importante volumen de agua embalsada – El Júcar, el Cabriel y el Turia están entre los más afectados por la merma de caudales
J. SIERRA
La óptima situación en la que se encuentran los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar, con unas reservas totales de 1.730,3 hectómetros cúbicos que representan el 51,7% del máximo embalsable, esconden la dramática situación de la mayoría de los ríos valencianos, cuyos caudales han disminuido, en algunos casos, a la mitad de los habituales en esta época del año.
De no ser por la gestión del agua realizada en los últimos años de relativa abundancia de recursos, la situación actual merecería la adopción de medidas preventivas. La ausencia de lluvias y nevadas, unida a las temperaturas anormalmente elevadas durante el otoño y todo el periodo invernal transcurrido hasta ahora han reducido espectacularmente el caudal de entrada a los embalses.
En el periodo comprendido entre el 1 de octubre —inicio del año hidrológico— y el 9 de enero, las entradas en el embalse de Alarcón han sido de 26,9 hm3, la tercera cifra más baja en los últimos 15 años, al igual que en Contreras, donde han llegado 16,3 hm3 frente a los 56,8 hm3 en idéntico periodo del año pasado.
Aunque estadísticamente quizá no sea muy representativo, destaca que el caudal medio de entrada a Alarcón del 2 al 9 de enero se haya reducido a 2,7 metros cúbicos por segundo mientras el año pasado era de 11m3/segundo. En el Cabriel, las entradas a Contreras han pasado en un año de 7,1 a 1,6 m3/segundo.
Solo el embalse de Tous mantiene algo el tipo y contribuye a disimular el déficit global del Júcar. La única gota fría del otoño de 2011 dejó importantes precipitaciones en la cuenca media del río que han podido ser retenidas en el embalse de Tous. Los efectos de esta gota fría también son perceptibles en los pequeños ríos valencianos, que en un su mayoría reflejan un cierto superavit en relación al pasado año.
El Turia, tocado
En el río Turia, las entradas en el embalse de Benagéber han sufrido también una importante merma, oscilando entre los 8,2 metros cúbicos por segundo de 2011 a los 4,5 m3/segundo actuales. En cabecera, el caudal del río Guadalaviar que llega al embalse del Arquillo San Blas, es actualmente de 0,3 metros cúbicos por segundo—300 litros por segundo— cuando hace apenas un año superaba la cifra de 1,8 metros por segundo .
En esta zona, los mapas de pluviometría reflejan una especie de «agujero negro» de precipitaciones, con un déficit acumulado respecto a lo «normal» en Teruel muy por encima del que presentan otras zonas de España afectadas por la sequía. Entre los principales ríos valencianos solo el Mijares se mantiene en niveles similares a los del pasado año—3,6 m3/s frente a los 3,2 actuales—.
La respuesta de la CHJ y de los regantes ha sido reducir las salidas de los embalses respecto a las autorizadas el pasado año en el mismo periodo. Sin embargo, el desequilibrio entre las entradas y la mayor demanda de agua provocada por las elevadas temperaturas ya ha provocado que el volumen de agua almacenada deje de estar en parámetros de récord, como ocurría desde hace casi dos años, y por primera vez el nivel de los embalses de toda la CHJ se encuentre por debajo del acumulado en 2011.